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Jeremías 51:6 - Biblia Castilian 2003

6 Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvense a sí mismos! ¡No queden atrapados en su castigo! Es el tiempo de la venganza del Señor; él le dará su merecido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Salgan de en medio de Babilonia y que cada cual salve su vida; para que no perezca cuando llegue su castigo, pues éste es el momento de la venganza de Yavé en que él le dará su merecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Huid de en medio de Babilonia, Y cada cual salve su vida, No perezcáis a causa de su maldad, Porque es tiempo de venganza de YHVH: Va a darle la retribución debida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.

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Jeremías 51:6
29 Referans Kwoze  

Dios de las venganzas, Yahveh, Dios de las venganzas, manifiéstate.


Trata con sabios y serás sabio; quien con necios anda, mal acaba.


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al conf n de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


Era el d a de venganza en mi corazón, el a o de mi desquite hab a llegado.


pues también ellas serán esclavizadas por naciones poderosas y grandes reyes, y as les pagaré, de acuerdo con sus acciones y según las obras de sus manos.


para que beban, se tambaleen y deliren ante la espada que voy a enviar contra ellas.


Todas las naciones le servirán, a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también a su pa s le llegue el tiempo en que naciones numerosas y reyes poderosos lo esclavicen.


Aquel d a es para el Se or Yahveh Sebaot d a de venganza para vengarse de sus enemigos. La espada se cebará, se saciará, se embriagará de su sangre, pues celebra un sacrificio el Se or Yahveh Sebaot en tierra del norte, junto al r o Éufrates.


Huid, salvad vuestra vida, sed como onagro en el desierto.


dad alaridos frente a ella en derredor. Ella tiende su mano; sus habitantes se desploman, se derrumban sus murallas. Es la venganza de Yahveh; vengaos de ella. Como ella hizo, hacedle a ella.


Escuchad a los fugitivos y evadidos del pa s de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, la venganza de su templo.


Heme aqu contra ti, insolencia, - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -, porque ha llegado tu d a, el tiempo en que yo te castigue.


Huid de Babilonia, salid del pa s de los caldeos. Sed como machos cabr os al frente del reba o.


Afilad las flechas, llenad las aljabas. Yahveh excita el esp ritu de los reyes de Media, pues su plan sobre Babel es destruirla; porque ésta es la venganza de Yahveh, la venganza de su templo.


Por eso, as dice Yahveh: 'Aqu estoy defendiendo tu causa, ejecutando tu venganza: agotaré su mar, secaré sus fuentes.


Sal, pueblo m o, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh.


Vosotros, escapados de la espada, marchad, no os paréis; acordaos desde lejos de Yahveh, y tened a Jerusalén en vuestra mente.


Es que viene sobre ella, sobre Babel, el devastador; sus guerreros son cazados, sus arcos se han roto. Yahveh es un Dios de represalias que sabe desquitarse.


Curamos a Babel y no sanó. Dejémosla, y vayamos cada uno a su pa s. Pues hasta los cielos llega su juicio, y se eleva hasta las nubes.


Dales, Yahveh, la recompensa Tau que merecen sus obras.


Y habló en estos términos a la comunidad: 'Por favor, alejaos de las tiendas de esos hombres perversos y no toquéis nada que sea suyo, para que no perezcáis por todos sus pecados'.


Allá fuera, la espada los privará de hijos, y allá dentro reinará el espanto tanto en el joven como en la doncella, en el ni o de pecho igual que en el anciano.


cuando yo afile el rayo de mi espada, cuando mi mano empu e la justicia, tomaré venganza de mis adversarios y daré su merecido a los que me odian.


Naciones, aclamadlo a una con su pueblo, porque Dios vengará la sangre de sus siervos; tomará venganza de sus adversarios y hará la expiación por su tierra y su pueblo.'


No te precipites en imponer las manos a nadie, ni te hagas responsable de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.


La gran ciudad se partió en tres y las ciudades de los gentiles se derrumbaron. Dios se acordó de Babilonia, la grande, para darle a beber la copa del vino de su terrible ira.


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