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Jeremías 51:50 - Biblia Castilian 2003

50 Vosotros, escapados de la espada, marchad, no os paréis; acordaos desde lejos de Yahveh, y tened a Jerusalén en vuestra mente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

50 ¡Váyanse, todos ustedes que escaparon de la espada! ¡No se detengan para mirar, huyan mientras puedan! Recuerden al Señor, aunque estén en una tierra lejana, y piensen en su hogar en Jerusalén».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

50 ¡Ustedes, que se libraron de la espada, partan, no se queden allí! Acuérdense de Yavé en esta tierra lejana, y que Jerusalén les venga a la memoria:

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La Biblia Textual 3a Edicion

50 Los que habéis escapado de la espada, ¡id y no os detengáis! ¡Invocad a YHVH desde lejos, y Jerusalem ocupe vuestros pensamientos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

50 Vosotros, escapados de la espada, marchad, no os paréis; acordaos desde lejos de Yahveh, y tened a Jerusalén en vuestra mente.

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Jeremías 51:50
24 Referans Kwoze  

Saludad as a Jerusalén: 'Prospere el que te ama,


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al conf n de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


Por ella volverán los salvados por Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá eterna alegr a sobre sus cabezas. Alegr a y gozo serán su compa a, pesadumbre y gemido se alejarán.


Sacúdete el polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; desata las correas de tu cuello, cautiva, hija de Sión;


Levántate se ales, colócate hitos; presta atención a la calzada, al camino que anduviste; vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.


Sin embargo, un peque o número de los que escapen de la espada volverán del pa s de Egipto al pa s de Judá, y entonces todo el resto de Judá, los que han venido al pa s de Egipto para residir aqu, conocerán qué palabra se cumple, si la m a o la de ellos.


Huid de Babilonia, salid del pa s de los caldeos. Sed como machos cabr os al frente del reba o.


Sal, pueblo m o, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh.


Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.


entonces vuestros evadidos se acordarán de m en medio de las naciones adonde habrán sido deportados, después que yo haya quebrantado el corazón que se prostituyó apartándose de m y los ojos que se prostituyeron yendo tras sus dolos; y se sentirán asqueados de s mismos por las maldades que cometieron con tantas abominaciones.


Cuando supo Daniel que el documento hab a sido firmado, entró en su casa. Las ventanas de su aposento superior estaban abiertas en dirección a Jerusalén; y tres veces al d a, puesto de rodillas, oraba y alababa a su Dios, como ten a por costumbre hacer.


O otra voz que ven a del cielo y dec a: ' Salid, pueblo m o, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni part cipes de sus plagas.


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