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Jeremías 50:27 - Biblia Castilian 2003

27 Haced matanza en sus toros: bajen todos al matadero ¡ay de ellos!, pues ha llegado su d a, el tiempo de su castigo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

27 Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡Ay de ellos! pues ha venido su día, el tiempo de su castigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Maten incluso a sus becerros; ¡para ellos también será terrible! ¡Masácrenlos a todos! Pues ha llegado el día del juicio a Babilonia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Degüellen todos sus novillos, que marchen al matadero. ¡Ay de ellos, porque ha llegado su día, la hora de su castigo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 ¡Pasad a cuchillo a todos sus novillos° Y desciendan ellos al matadero! ¡Ay de ellos! Pues ha llegado su día, El tiempo de su visitación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Haced matanza en sus toros: bajen todos al matadero ¡ay de ellos!, pues ha llegado su día, el tiempo de su castigo.

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Jeremías 50:27
22 Referans Kwoze  

De su destino se espanta el Occidente, se llena el Oriente de terror.


No te alejes de m, pues la angustia está cerca, y no hay otro que me ampare.


pero el Se or se r e ante sus cuentas, viendo llegar su d a.


El centinela responde: 'Llegó la ma ana y luego la noche. Si queréis preguntar, preguntad. Volved, llegad'.


La espada de Yahveh chorrea sangre, grasienta como el sebo, sangre de corderos y cabritos, sebo de entra as de carneros. Pues Yahveh inmola un sacrificio en Bosrá, una gran matanza en el pa s de Edom.


Caerán búfalos con ellos, novillos junto con toros. Se empapará de sangre su tierra, su polvo se impregnará de grasa.


Yahveh, tú me conoces, me ves, sabes que mi corazón está contigo. Sepáralos como ovejas para el matadero, conságralos para el d a de la matanza.


Ululad, pastores, y gritad; revolcaos, mayorales del reba o, porque han llegado los d as de vuestro degüello y de vuestra dispersión: caeréis como objeto precioso.


Todas las naciones le servirán, a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también a su pa s le llegue el tiempo en que naciones numerosas y reyes poderosos lo esclavicen.


También sus mercenarios son como novillos cebados; pero también ellos se vuelven, huyen a una, no resisten, pues les llega el d a de su ruina, el tiempo de su castigo.


¡Maldito quien haga la obra de Yahveh con negligencia! ¡Maldito quien prive de sangre a su espada!


El devastador de Moab sube contra él, la flor de sus jóvenes baja al matadero - oráculo del Rey, cuyo nombre es Yahveh Sebaot -.


Quien huya del terror caerá en la trampa; quien suba de la trampa será prendido en la traba, pues traeré esto a Moab el a o de su castigo - oráculo de Yahveh -.


Exultad, pues; s, regocijaos, expoliadores de mi heredad; brincad como becerros en la oto ada, relinchad como los sementales.


Heme aqu contra ti, insolencia, - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -, porque ha llegado tu d a, el tiempo en que yo te castigue.


Como corderos los bajaré al matadero, como carneros y machos cabr os.


Oye cómo gimo: Sin no tengo quien me consuele. Todos mis enemigos supieron mi desgracia, se alegraron por lo que tú hiciste. ¡Haz venir el d a que anunciaste, y entonces serán como yo!


de pie, a lo lejos, por el temor de su tormento, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, de la ciudad poderosa! Porque en una hora ha venido tu castigo'.


Vi después un ángel de pie sobre el sol, que gritaba con gran voz a todas las aves que vuelan en lo más alto del cielo: 'Venid, congregaos para el gran fest n de Dios;


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