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Jeremías 50:12 - Biblia Castilian 2003

12 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero su tierra natal será llena de vergüenza y deshonra. Ustedes serán la última de las naciones, un desierto, tierra seca y desolada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero ahora ven a su madre humillada, la que los dio a luz ha sido humillada; ha pasado a ser la última de las naciones, un desierto seco y triste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero vuestra madre° quedará avergonzada, Será abochornada la que os dio a luz. ¡Hela ahí, convertida en última de las naciones, En un desierto, en una estepa solitaria!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa.

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Jeremías 50:12
17 Referans Kwoze  

Yo me levantaré contra ellos - oráculo de Yahveh Sebaot - y exterminaré de Babel nombre y resto, progenie y prosapia - oráculo de Yahveh -.


Mira el pa s de los caldeos: no exist a como pueblo; Asiria lo fundó para las fieras. Alzaron torres de asalto, desmantelaron sus palacios, lo hicieron escombrera.


As dice Yahveh: con respecto a todos mis perversos vecinos, que han tocado la heredad que di en posesión a mi pueblo Israel, mirad: los arrancaré de su pa s. Pero también arrancaré de en medio de ellos a la casa de Judá.


La madre de siete hijos desfalleció, exhaló su alma; su sol se puso siendo aún de d a; quedó avergonzada y consternada. Lo que de ellos queda, lo entregaré a la espada ante sus enemigos' - oráculo de Yahveh -.


Pues as dice Yahveh acerca de la casa del rey de Judá: Un Galaad eres para m, una cumbre del L bano; pero haré de ti un desierto, como las ciudades no habitadas.


Pero, cuando se hayan cumplido los setenta a os, castigaré al rey de Babilonia y a esta nación - oráculo de Yahveh - por su iniquidad, lo mismo que al pa s de los caldeos, y lo convertiré en desolación perpetua.


a todos los reinos del norte, cercanos y lejanos, uno tras otro, y a todos los reyes del mundo que están sobre la superficie de la tierra. Pero el rey de Sesac beberá después de ellos.


Por eso, mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que lanzaré contra Rabá de los amonitas el grito de guerra: será una escombrera desolada, y sus hijas consumidas por el fuego. As heredará Israel a sus herederos, dice Yahveh.


Sus ciudades se han trocado en desierto, en tierra seca, y en estepa; no habita en ellas hombre alguno ni las atraviesa ningún ser humano.


Por eso, mirad que vienen d as en que castigaré a los dolos de Babel. Todo su pa s estará abochornado, y en medio de él yacerán todos sus muertos.


Pero la Jerusalén de arriba es libre; y ésta es nuestra madre.


Sobre su frente hab a un nombre escrito - un misterio -: Babilonia la grande, la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra.


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