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Jeremías 49:3 - Biblia Castilian 2003

3 Gime, Jesbón, porque Ay ha sido ya devastada; gritad, hijas de Rabá, ce os los sayales, pla id, vagad cubiertas de incisiones, porque Milcón marcha al destierro con sus sacerdotes y sus pr ncipes.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Lamenta, oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y rodead los vallados, porque Milcom fue llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Clama, oh Hesbón, porque la ciudad de Hai quedó destruida. ¡Lloren, oh habitantes de Rabá! Pónganse ropa de luto. Lloren y giman, escondidos detrás de los arbustos, porque su dios Moloc será llevado a tierras lejanas junto con sus sacerdotes y funcionarios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 ¡Quéjate, Jesbón, porque Ar ha sido destruida. Griten, hijas de Rabbá! ¡Vístanse con sacos, lloren, anden llenas de cortaduras en el cuerpo! Pues Melcom parte al destierro, junto con sus sacerdotes y príncipes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Grita de dolor, oh Hesbón, Porque Hai está siendo destruida! ¡Llorad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio! Lamentaos y corred de un lado a otro entre los vallados, Porque Milcom irá en cautiverio, Con sus sacerdotes y príncipes juntamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Gime, Jesbón, porque Ay ha sido ya devastada; gritad, hijas de Rabá, ceñíos los sayales, plañid, vagad cubiertas de incisiones, porque Milcón marcha al destierro con sus sacerdotes y sus príncipes.

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Jeremías 49:3
28 Referans Kwoze  

A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes salen a campa a, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el pa s de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.


porque me ha abandonado y se ha postrado ante Astarté, diosa de Sidón, ante Camós, dios de Moab, y ante Milcón, dios de Moab, y no ha caminado por mis sendas, al no hacer lo que es recto ante mis ojos ni haber guardado mis preceptos y mis leyes, como su padre David.


Salomón se fue tras Astarté, diosa de los sidonios, y tras Milcón, abominación de los amonitas.


Profanó también el rey los lugares altos que hab a frente a Jerusalén al sur del monte de los Olivos, los que hab a erigido Salomón, rey de Israel, en honor de Astarté, abominación de los sidonios, de Camós, abominación de los moabitas, y de Milcón, abominación de los amonitas.


Los hombres de Betel y de Ay: doscientos veintitrés.


Gemid que está cerca el d a de Yahveh, como estrago de Sadday llegará.


¡Gime, puerta! ¡Grita, ciudad! Estremécete, Filistea entera: que del norte viene humareda, nadie en sus tropas se desbanda.


Sube la hija de Dibón a las alturas a llorar. Por Nebó y Mádaba está gimiendo Moab. Todas sus cabezas calvas; todas sus barbas afeitadas.


Por eso gemirá Moab por Moab, todo entero gemirá. Por las tortas de pasas de Quir Jaréset suspiraréis abatidos por completo.


Oráculo contra Tiro. Gemid, naves de Tarsis; que está devastado vuestro puerto. Mientras volv an del pa s de Quit n se les dio la noticia.


Seguid hasta Tarsis; gemid, habitantes de la costa.


Por eso, ce os de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh.


Yahveh Sebaot, Dios de Israel, dice: 'Mirad: voy a castigar a Amón de Tebas, al Faraón y a Egipto, a sus dioses y a sus reyes, al Faraón y a quienes conf an en él.


ya no existe la gloria de Moab! En Jesbón planean su ruina: ¡Ea, borrémosla de las naciones! También tú, Madmén, enmudeces, te persigue la espada'.


Moab está avergonzado, s, destrozado. Clamad y gritad, anunciad en el Arnón: Moab está devastado.


S; todas las cabezas están decalvadas y todas las barbas rapadas; hay incisiones en todas las manos, y sacos en todas las cinturas.


Por haber confiado en tus castillos y tesoros, también tú serás conquistada. Camós saldrá para el destierro, con sus sacerdotes y sus pr ncipes.


Acerca de los amonitas. As dice Yahveh: '¿No tiene hijos Israel o no tiene un heredero? ¿Por qué heredó Milcón a Gad y habita su pueblo en sus ciudades?


Cayó de repente Babel y se rompió, gemid por ella; buscad bálsamo para su dolor, a ver si se cura.


Hija de mi pueblo, c ete de saco, revuélcate en el polvo; haz duelo como por hijo único, una lamentación amargu sima, pues de improviso vendrá el devastador contra nosotros.


Su rey irá al cautiverio, él y sus pr ncipes con él - dice Yahveh -.


a los que se postran en las terrazas ante el ejército del cielo; a los que se postran jurando por Yahveh, pero juran por Milcón,


Y ahora vosotros, los ricos, llorad a gritos por las calamidades que os van a sobrevenir.


Josué hab a enviado algunos hombres desde Jericó a Ay, que está cerca de Bet Avén, al oriente de Betel, con esta orden: 'Subid a explorar la región'. Subieron, pues, los hombres, y exploraron Ay.


Yahveh dijo entonces a Josué: 'No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente de guerra y disponte a subir a Ay. Mira: voy a entregar en tus manos al rey de Ay con su pueblo, su ciudad y su región.


Éste incendió Ay y la convirtió en un perpetuo montón de ruinas hasta el d a de hoy.


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