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Jeremías 42:10 - Biblia Castilian 2003

10 Si os quedáis en este pa s, os edificaré y no os arrasaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me arrepiento del mal que os he hecho.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 “Permanezcan aquí en esta tierra. Si lo hacen, los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré. Pues lamento todo el castigo que tuve que traer sobre ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Si ustedes quieren vivir tranquilamente en esta tierra, yo los edificaré y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré más, pues estoy arrepentido del mal que les he hecho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Si permanecéis quietos en esta tierra, Yo os edificaré, y no os destruiré. Os plantaré, y no os arrancaré, porque me pesa todo el mal que os he hecho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Si os quedáis en este país, os edificaré y no os arrasaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me arrepiento del mal que os he hecho.

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Jeremías 42:10
25 Referans Kwoze  

Pero cuando el ángel iba a extender su mano contra Jerusalén para destruirla, se arrepintió Yahveh del mal y dijo al ángel que exterminaba al pueblo: '¡Basta ya! ¡Retira tu mano!'. El ángel de Yahveh estaba entonces junto a la era de Arauná, el jebuseo.


Los pueblos venerarán el nombre del Se or y su majestad, los reyes todos de la tierra.


Recordó su alianza, tuvo compasión por su inmenso su amor,


Conf a en el Se or y obra bien: Bet morarás en el pa s y de tu fidelidad tendrás contento.


Que los cielos y la tierra te bendigan, los mares y cuanto en ellos bulle.


Yahveh renunció entonces al castigo con que hab a amenazado a su pueblo.


fijo en ellos mis ojos con complacencia, los volveré a este pa s, los reedificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré,


¿Lo condenó a muerte Ezequ as, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió a Yahveh y aplacó la faz de Yahveh, y as se arrepintió Yahveh del mal que hab a predicho contra ellos? ¿Y nosotros bamos a cargarnos con un delito tan grande?'.


Pero a la nación que someta su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirva, la dejaré tranquila en su pa s - oráculo de Yahveh -, para que lo cultive y lo habite'.


Y como velé por ellos para arrancar y arrasar, para derruir, destruir y afligir, as velaré por ellos para edificar y plantar - oráculo de Yahveh -.


Voy a cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y a restablecerlos como al principio.


As, pues, Juan, hijo de Caréaj, todos los jefes de las tropas y todo el pueblo, desoyeron la voz de Yahveh de quedarse en el pa s de Judá


Y las naciones que han quedado en torno vuestro sabrán que yo, Yahveh, he reedificado las cosas destruidas y he replantado lo devastado. Yo, Yahveh, lo he dicho y lo haré.'


¿Cómo podré yo abandonarte, Efra n; cómo entregarte, Israel? ¿Cómo podré yo dejarte como a Admá, ni hacerte semejante a Sebo n? Mi corazón se remueve dentro de m, a la vez que se conmueven mis entra as.


rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convert os a Yahveh, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente del da o que causa.


Yahveh se arrepintió: 'No sucederá', dijo Yahveh.


Yahveh se arrepintió: 'Tampoco esto sucederá' - dijo el Se or Yahveh -.


Al ver Dios lo que hac an y cómo se hab an convertido de su mala conducta, se arrepintió del mal con que los hab a amenazado y no lo ejecutó.


Jonás se fue adentrando en la ciudad y caminó por sus calles durante un d a proclamando a grandes voces: 'Dentro de cuarenta d as, N nive será destruida'.


y oró as a Yahveh: '¡Ah Yahveh! ¿No era esto lo que yo me dec a cuando aún estaba en mi pa s? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, pues sab a que tú eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, y que te arrepientes del mal con que amenazas.


De nuevo, después de esto, reedificaré la caba a ca da de David, reedificaré sus ruinas y la levantaré;


Cuando Yahveh haga justicia a su pueblo y tenga piedad de sus siervos; cuando vea que les faltan las fuerzas y que no hay ya ni esclavo ni libre,


Cuando Yahveh les suscitaba jueces, Yahveh estaba con el juez y los salvaba de sus enemigos durante la vida del juez, pues Yahveh ten a piedad de los gemidos que les arrancaban los que los oprim an y vejaban.


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