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Jeremías 37:2 - Biblia Castilian 2003

2 Pero ni él ni sus servidores ni la población del pa s escucharon las palabras que Yahveh hab a pronunciado por medio del profeta Jerem as.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sin embargo, ni Sedequías ni sus ayudantes ni la gente que quedó en la tierra de Judá hicieron caso a lo que el Señor decía a través de Jeremías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Pero ni él ni sus ministros ni la gente del país hicieron caso de las palabras que Yavé les había dirigido por medio del profeta Jeremías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero ni él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras que YHVH habló por medio del profeta Jeremías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Pero ni él ni sus servidores ni la población del país escucharon las palabras que Yahveh había pronunciado por medio del profeta Jeremías.

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Jeremías 37:2
15 Referans Kwoze  

D jose entonces David: 'Voy a mostrar benevolencia a Janún, hijo de Najás, como su padre me la mostró a m '. Envió, pues, David a sus servidores, para darle el pésame por la muerte de su padre. Pero al llegar los servidores de David al pa s de los amonitas,


que envió al profeta Natán para que le impusiera el nombre de Yedid as en honor de Yahveh.


Diéronle sepultura y todo Israel lo lloró, conforme a lo que hab a predicho Yahveh por medio de su siervo, el profeta Aj as.


Yahveh hab a hablado, por medio de Jehú, hijo de Janan, contra Basá y contra su casa no sólo por todo el mal que hizo ante los ojos de Yahveh y por haberle provocado la ira con su conducta, al igual que la casa de Jeroboán, sino también por haber exterminado la casa de Jeroboán.


Veintiún a os ten a Sedec as cuando comenzó a reinar, y reinó once a os en Jerusalén.


Dijo Moisés: '¡Por favor, Se or m o, env a a cualquier otro, al que tú quieras enviar!'.


Se corta los pies y bebe amargura quien conf a mensajes a un necio.


Si el jefe presta o do a palabras mentirosas, todos sus servidores serán malvados.


as dice Yahveh, Dios de Israel: 'Vete a hablar a Sedec as, rey de Judá, y dile: 'Mira: voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, que le prenderá fuego.


Se ala un camino para que la espada venga a Rabá de los amonitas, y el otro a Judá y a Jerusalén, la fortificada.


Pero yo soy Yahveh, tu Dios desde el pa s de Egipto; todav a te haré habitar en tiendas como en los d as de encuentro.


Aarón y sus hijos hicieron cuanto hab a mandado Yahveh por medio de Moisés.


Por consiguiente, quien esto menosprecia, no menosprecia a un hombre, sino a Dios, que dispensa [también] su Esp ritu Santo entre vosotros.


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