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Jeremías 37:17 - Biblia Castilian 2003

17 El rey Sedec as envió a buscarlo. Luego lo interrogó en privado en su palacio y le dijo: '¿Hay alguna palabra de parte de Yahveh?'. 'La hay', dijo Jerem as. Y a adió: 'Serás entregado en mano del rey de Babilonia'.

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Biblia Reina Valera 1960

17 el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Más tarde, a escondidas, el rey Sedequías pidió que Jeremías fuera al palacio y allí el rey le preguntó: —¿Tienes algún mensaje de parte del Señor? —¡Sí, lo tengo! —dijo Jeremías—. Serás derrotado por el rey de Babilonia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 El rey Sedecías mandó a buscarlo y lo interrogó en secreto, en su palacio: '¿Acaso tienes una palabra de Yavé?' 'Sí', respondió Jeremías, y agregó: 'Serás entregado en manos del rey de Babilonia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 El rey Sedequías lo mandó buscar, y una vez en su casa, le preguntó secretamente: ¿Hay palabra de YHVH? Jeremías respondió: Hay; y añadió: Serás entregado en mano del rey de Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 El rey Sedecías envió a buscarlo. Luego lo interrogó en privado en su palacio y le dijo: '¿Hay alguna palabra de parte de Yahveh?'. 'La hay', dijo Jeremías. Y añadió: 'Serás entregado en mano del rey de Babilonia'.

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Jeremías 37:17
25 Referans Kwoze  

Presentado al rey, el rey le preguntó: 'Miqueas, ¿debemos ir a atacar a Ramot de Galaad o debemos renunciar?'. Él le respondió: 'Sube. Tendrás éxito, pues Yahveh la entregará en manos del rey'.


Pero el rey le dijo: '¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?'.


Degollaron a los hijos de Sedec as en su presencia. Luego mandó sacar los ojos a Sedec as, lo ató con cadenas, y lo trasportó a Babilonia.


S, Yahveh; es cierto que te serv obrando bien, es cierto que interced ante ti por mi enemigo en tiempo de desgracia y en tiempo de angustia.


Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


Y de los higos malos, que de tan malos no se pueden comer, as dice Yahveh: 'De la misma manera trataré a Sedec as, rey de Judá, a sus pr ncipes y al resto de Jerusalén, a los que han quedado en este pa s, que a los que residen en el pa s de Egipto.


Se acabó la huida de los pastores, la fuga de los mayorales del reba o.


El rey Sedec as envió a Yucal, hijo de Selem as, y al sacerdote Sofon as, hijo de Maas as, a decir al profeta Jerem as: 'Ruega por nosotros a Yahveh, nuestro Dios'.


'Ah está en vuestras manos - respondió el rey Sedec as -, pues el rey nada puede contra vosotros'.


Pero las tropas caldeas salieron en persecución del rey, dieron alcance a Sedec as en las llanuras de Jericó y todo su ejército se dispersó, dejándole abandonado.


Vendrá desgracia tras desgracia, y alarma tras alarma; buscarán del profeta una visión, habrá desaparecido del sacerdote la ense anza y de los ancianos el consejo.


Volvió a él y lo encontró de pie junto a su holocausto, acompa ado de los pr ncipes de Moab. Balac le preguntó: '¿Qué es lo que te ha dicho Yahveh?'.


porque Herodes sent a respeto por Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y procuraba resguardarlo; cuando lo o a, quedaba muy perplejo, aunque lo escuchaba con gusto.


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