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Jeremías 34:11 - Biblia Castilian 2003

11 Pero luego se arrepintieron y obligaron a volver a los esclavos y a las esclavas que hab an dejado libres, y los redujeron de nuevo al estado de esclavos y de esclavas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 pero luego cambiaron de opinión. Volvieron a tomar a los hombres y a las mujeres que habían liberado y los obligaron a ser esclavos otra vez.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pero pronto cambiaron de parecer y los mandaron a buscar, reduciéndolos otra vez a la esclavitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero después se arrepintieron, e hicieron regresar a los siervos y siervas que habían dejado libres, y otra vez los redujeron a servidumbre como siervos y siervas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pero luego se arrepintieron y obligaron a volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado libres, y los redujeron de nuevo al estado de esclavos y de esclavas.

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Jeremías 34:11
25 Referans Kwoze  

Mas al que tiende a lo torcido que el Se or lo conduzca con los art fices del mal. ¡La paz sobre Israel!


Se lisonjea ante s mismo de no encontrar en s maldad que aborrecer.


Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aqu '. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo hab a predicho Yahveh, no los escuchó.


Moisés y Aarón salieron del palacio del Faraón y Moisés invocó a Yahveh para que alejara las ranas que hab a enviado contra el Faraón.


Orad a Yahveh para que cesen los truenos de Dios y el granizo; os dejaré salir, y no os quedaréis aqu por más tiempo'.


Como el perro vuelve a su vómito, as el necio vuelve a su necedad.


que no se ejecuten al instante las sentencias, porque entonces el corazón de los hombres se harta de hacer el mal.


Todos los pr ncipes y todo el pueblo que hab an tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad.


Entonces le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jerem as de parte de Yahveh:


Pero os habéis arrepentido, y as habéis profanado mi nombre, haciendo volver cada uno a su esclavo y a su esclava, a los que hab ais dejado libres según su deseo, y los habéis reducido de nuevo a esclavitud'.


También entregaré a Sedec as, rey de Judá, y a sus pr ncipes en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida y en mano del ejército del rey de Babilonia, que ha levantado el asedio.


Entre tanto, el ejército del Faraón hab a salido de Egipto. Cuando los caldeos que sitiaban a Jerusalén oyeron la noticia, se retiraron de Jerusalén.


¿Qué debo hacer por ti, Efra n? ¿Qué debo hacer por ti, Judá? Vuestro amor es como nube matinal, como roc o que temprano se disipa.


Se vuelven a lo inútil, son como arco enga oso. A espada caerán sus pr ncipes por la virulencia de sus lenguas. De ellos se hará escarnio en el pa s de Egipto.


a los que se apartan de Yahveh, a los que no lo buscan ni van a su encuentro.


Tú me has mostrado hoy que eres benévolo conmigo, ya que Yahveh me ha entregado en tus manos, pero tú no me has matado.


Respondió Saúl: 'He pecado. Vuélvete, hijo m o, David, pues no te volveré a hacer mal, ya que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. He obrado como un insensato y me he enga ado por completo'.


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