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Jeremías 32:33 - Biblia Castilian 2003

33 Pues me volvieron la espalda en vez de la cara, y aunque los escarmenté constantemente, sin cesar, no quisieron escuchar ni aprender la lección.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Mi pueblo me ha dado la espalda y no quiere regresar. A pesar de que les he enseñado con diligencia, no aceptaron la instrucción ni obedecieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Me han dado la espalda en vez de la cara, y mientras yo trataba de instruirlos continuamente, nadie me puso atención para aprender la lección.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y me dieron la espalda y no la cara, y aunque les enseñaba madrugando y sin cesar, no escucharon ni escarmentaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Pues me volvieron la espalda en vez de la cara, y aunque los escarmenté constantemente, sin cesar, no quisieron escuchar ni aprender la lección.

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Jeremías 32:33
17 Referans Kwoze  

el que nos ilustra más que a las bestias del campo, y nos instruye más que a las aves del cielo?'.


Como viento solano los dispersaré ante el enemigo. La espalda y no la cara les mostraré el d a de su desastre'.


que dicen al le o: 'Mi padre eres tú', y a la piedra: 'Tú me has dado a luz', mientras a m me dan la espalda y no la cara. Pero cuando las cosas se tuercen dicen: '¡Levántate y sálvanos!'.


y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os he enviado a su tiempo y sin cesar, pero que vosotros no escuchasteis,


as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Vete a decir a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: '¿No queréis aprender la lección y escuchar mis palabras?' - oráculo de Yahveh -.


pues os he enviado a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'Convert os cada uno de vuestra mala conducta y enmendad vuestras obras, no vayáis tras otros dioses para servirlos, y as permaneceréis en el pa s que os di a vosotros y a vuestros padres', pero no habéis prestado o do ni me habéis escuchado.


Os envié a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'No hagáis esas cosas abominables que detesto'.


Ahora, pues, ya que habéis hecho todas estas cosas - oráculo de Yahveh -; y, a pesar de haberos hablado insistentemente y sin cesar, no me habéis escuchado, y, a pesar de haberos llamado, no me habéis respondido,


Pero no me escucharon ni aplicaron su o do, sino que caminaron según sus planes, según la obstinación de su corazón malvado, y en vez de avanzar retrocedieron.


Deberás por tanto decirles: 'Ésta es la nación que no ha escuchado la voz de Yahveh, su Dios, ni ha aceptado la corrección. La lealtad ha desaparecido, ha sido cercenada de su boca'.


Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Por haberte olvidado de m y por haberme vuelto las espaldas, carga tú ahora con tu lascivia y tus prostituciones'.'


Me llevó entonces al atrio interior del templo de Yahveh. Y vi que all, a la entrada del santuario de Yahveh, entre el vest bulo y el altar, hab a unos veinticinco hombres, de espaldas al santuario de Yahveh y de cara al oriente, adorando al Sol en dirección al oriente.


Cuanto más los llamaba yo, más se apartaban de m; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los dolos.


Pero ellos no quisieron atender, volvieron la espalda, se rebelaron, se taparon los o dos para no o r.


Pero, al amanecer, se presentó de nuevo en el templo. Todo el pueblo acud a a él, y él, all sentado, los instru a.


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