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Jeremías 32:3 - Biblia Castilian 2003

3 donde Sedec as, rey de Judá, lo habla recluido, diciendo: '¿Por qué profetizas: as dice Yahveh: 'Mirad que voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, que la tomará,

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El rey Sedequías lo había puesto allí, y preguntaba por qué Jeremías seguía dando esta profecía: «Esto dice el Señor: “Estoy a punto de entregar esta ciudad al rey de Babilonia, y él la tomará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 donde lo había mandado encerrar el rey Sedecías, con esta acusación: '¿Por qué andas diciendo en nombre de Yavé: Yo pondré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la tomará;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Sedequías, rey de Judá, lo había encarcelado, acusándolo: Tú has profetizado diciendo: Así dice YHVH: Yo entregaré esta ciudad en mano del rey de Babilonia para que la conquiste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 donde Sedecías, rey de Judá, lo habla recluido, diciendo: '¿Por qué profetizas: así dice Yahveh: 'Mirad que voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, que la tomará,

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Jeremías 32:3
23 Referans Kwoze  

Mientras estaba asediado, el rey Ajaz aumentó su infidelidad a Yahveh,


Les respondió el rey de Egipto: '¿Por qué vosotros, Moisés y Aarón, vais a distraer de trabajos al pueblo? Volved a vuestra tarea'.


En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.


Jerem as les respondió: 'As debéis decir a Sedec as:


Pero la nación y el reino que no se someta a él, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, a esa nación la castigaré por medio de la espada, del hambre y de la peste - oráculo de Yahveh -, hasta que yo la aniquile por su mano.


También entregaré a Sedec as, rey de Judá, y a sus pr ncipes en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida y en mano del ejército del rey de Babilonia, que ha levantado el asedio.


y con respecto a Joaqu n, rey de Judá, dirás: as dice Yahveh: tú has quemado este rollo, diciendo: '¿Por qué has escrito en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia, arrasará este pa s y hará desaparecer de él a hombres y animales?'.


Jerem as iba y ven a en medio del pueblo, pues no lo hab an metido en la cárcel.


Pero si no te pasas a los jefes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, que la incendiarán, y tú no escaparás de su mano'.


As dice Yahveh: esta ciudad será entregada ciertamente en manos del ejército del rey de Babilonia, que la tomará'.


Los jefes dijeron al rey: 'Hay que matar a este hombre, porque de este modo debilita las manos de los combatientes que quedan en esta ciudad y las manos de toda la población, diciéndoles semejantes cosas. Es claro que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal'.


Salió entonces Ebedmélec del palacio real y habló al rey en estos términos:


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


Su mano ha entretejido Nun el pesado yugo de mis pecados: lo hace pesar sobre mi cuello, quebranta mis fuerzas. El Se or me entregó en manos de aquellos quienes yo no pod a resistir.


No continúes profetizando en Betel, porque es un santuario real y un templo nacional'.


y le preguntaron: 'Dinos: ¿con qué autoridad haces tú esas cosas, o quién es el que te ha dado esa autoridad?'.


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