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Jeremías 31:7 - Biblia Castilian 2003

7 Porque as dice Yahveh: 'Gritad de alegr a por Jacob, exultad por la primera de las naciones, proclamad, cantad y decid: 'Salvó Yahveh a su pueblo, al resto de Israel'.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora esto dice el Señor: «Canten con alegría por Israel. ¡Griten por la mejor de las naciones! Griten de alabanza y alegría: “¡Salva a tu pueblo, oh Señor, el remanente de Israel!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Y añade Yavé: ¡Vitoreen con alegría a Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: '¡Yavé ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Así dice YHVH: ¡Gritad jubilosos por Jacob! ¡Gritad con alegría ante la cabeza de naciones! Haced oír, alabad, y decid: ¡YHVH ha salvado a su pueblo, el remanente de Israel!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Porque así dice Yahveh: 'Gritad de alegría por Jacob, exultad por la primera de las naciones, proclamad, cantad y decid: 'Salvó Yahveh a su pueblo, al resto de Israel'.

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Jeremías 31:7
37 Referans Kwoze  

Sálvanos, pues, Se or y Dios nuestro, reúnenos de en medio de los pueblos, para que podamos alabar tu nombre santo y gozarnos en tus glorias.


Nuestra boca será entonces alegr a, nuestros labios, canciones. Entonces se dirá entre los pueblos: 'Yahveh hace con ellos cosas grandes'.


¿Quién dará desde Sión la victoria a Israel? Cuando el Se or restaure la suerte de su pueblo, Jacob se gozará, se alegrará Israel.


Libera tú a tu pueblo, bendice a tu heredad, apaciéntalos y gu alos por siempre.


Del director. Con instrumentos de cuerda. Salmo. Canto.


Que los cielos y la tierra te bendigan, los mares y cuanto en ellos bulle.


Si Yahveh Sebaot no nos hubiera dejado un resto, ser amos como Sodoma, semejantes a Gomorra.


Sucederá en aquel d a: el Se or hará un segundo gesto con su mano para rescatar al resto de su pueblo: los que hayan quedado de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Cus y de Elam, de Sinar, de Jamat y de las islas del mar.


El resto que se salve de la casa de Judá volverá a echar ra ces por abajo y a dar frutos por arriba.


Quizá Yahveh, tu Dios, habrá o do las palabras del copero mayor, enviado por el rey de Asiria, su se or, para insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que Yahveh, tu Dios, ha o do. Eleva, pues, una plegaria por el resto que aún queda'.


¡Exaltad, cielos, porque Yahveh lo ha hecho! ¡Aclamad, profundidades de la tierra! ¡Prorrumpid, monta as, en júbilo, el bosque con todos sus árboles, porque Yahveh redimió a Jacob y en Israel manifiesta su gloria!


¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz, todos están exultantes, porque cara a cara contemplan a Yahveh, que vuelve a Sión.


Será conocida en las naciones su estirpe y sus vástagos en los pueblos; cuantos los vean los reconocerán, pues son una estirpe que bendijo Yahveh.


Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque libró la vida del pobre de la mano de los malvados.


Yo mismo, sin embargo, reuniré el resto de mis ovejas de todos los pa ses adonde las he expulsado, las volveré a su pradera; y as serán fecundas y se multiplicarán.


De verdad son mentira las colinas, y el tumulto en las monta as. De verdad, en Yahveh, nuestro Dios, está la salvación de Israel.


Vienen y exultan en la cima de Sión, afluyen a los bienes de Yahveh, al trigo, al vino y al aceite, a los corderos y a las vacas. Su alma será como jard n regado, y ya no volverán a languidecer.


¡Ay, cómo se sienta solitaria Álef la ciudad populosa! Es como una viuda la grande entre las naciones. La princesa entre las provincias está sujeta a tributo.


'Pero dejaré algunos con vida. Cuando tengáis entre las naciones algunos de los evadidos de la espada, cuando seáis dispersados por los pa ses,


Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré, porque yo soy Yahveh, su Dios. No los salvaré con arco, espada y lanza, ni con caballos y carros de guerra'.


Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en el tribunal. Quizá se compadezca Yahveh, el Dios Sebaot, del resto de José.


Pero yo reuniré a Jacob todo entero, congregaré al resto de Israel; los agruparé como reba o en el aprisco, como un hato en medio de sus pastos, all mugirán lejos de los hombres.


¿Qué Dios hay como tú, que perdona el pecado, que pasa por alto la rebeld a del resto de su heredad? No persiste por siempre en su ira, porque se complace en la misericordia.


Por eso, juro por mi vida - oráculo de Yahveh Sebaot, Dios de Israel -: Moab será como Sodoma, los hijos de Amón como Gomorra: campo de ortigas, mina de sal, desolación eterna. El resto de mi pueblo los saqueará, el residuo de mi nación los heredará.


De igual modo, también en el tiempo presente ha quedado un resto, elegido por pura gracia.


Isa as, por su parte, clama en favor de Israel: Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, sólo un resto será salvo;


Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la cola, estarás siempre encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh, tu Dios, que yo te prescribo hoy, observándolos y llevándolos a la práctica,


Naciones, aclamadlo a una con su pueblo, porque Dios vengará la sangre de sus siervos; tomará venganza de sus adversarios y hará la expiación por su tierra y su pueblo.'


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