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Jeremías 31:25 - Biblia Castilian 2003

25 Calmaré las gargantas resecas, saciaré las almas hambrientas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Pues le he dado descanso al fatigado y al afligido, alegría».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Yo daré de beber al alma agotada y saciaré a la que se desmaya.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Saciaré al alma cansada, y satisfaceré a toda alma entristecida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Calmaré las gargantas resecas, saciaré las almas hambrientas.

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Jeremías 31:25
14 Referans Kwoze  

pues él calma al sediento y satura de bienes al hambriento.


Él restaura mi aliento, por las veredas justas él me gu a, en gracia de su nombre.


Será cada uno como abrigo contra el viento, como refugio contra el temporal, como arroyos de agua en erial, como sombra de roca maciza en tierra agostada.


Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor al impotente.


Los pobres, los necesitados buscan agua y no la hay, su lengua por la sed está reseca. Yo, Yahveh, los atenderé;


El Se or Yahveh me ha dado lengua de disc pulos, para que sepa sostener al cansado con una palabra. Él me despierta ma ana tras ma ana, para que escuche como los disc pulos.


Vienen y exultan en la cima de Sión, afluyen a los bienes de Yahveh, al trigo, al vino y al aceite, a los corderos y a las vacas. Su alma será como jard n regado, y ya no volverán a languidecer.


Saciaré a los sacerdotes con enjundia y mi pueblo se hartará de mis bienes - oráculo de Yahveh -.


Las apacentaré en buenos pastos; en los montes de Israel tendrán sus dehesas; sestearán all, en buenas dehesas, y pacerán jugosos pastos en los montes de Israel.


Venid a m todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso.


Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.


a los hambrientos les colmó de bienes, y despidió a los ricos con las manos vac as.


pero el que beba del agua que yo le daré, ya no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le daré se convertirá, dentro de él, en manantial de agua que brote para vida eterna'.


Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos trajo el consuelo con la llegada de Tito;


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