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Jeremías 31:10 - Biblia Castilian 2003

10 Escuchad, naciones, la palabra de Yahveh, anunciadla en las islas lejanas y decid: 'El que dispersó a Israel lo reúne y lo guarda como pastor a su reba o'.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Ustedes, naciones del mundo, escuchen este mensaje del Señor; proclámenlo en las costas lejanas: El Señor, quien dispersó a su pueblo, lo reunirá y lo cuidará como hace un pastor con su rebaño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Que todas las naciones escuchen la palabra de Yavé; proclámenla en las islas lejanas: 'El que dispersó a Israel, lo reunirá y lo cuidará como un pastor a su rebaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Oh naciones, oíd la palabra de YHVH, Y hacedlo saber en las costas lejanas: El que esparció a Israel lo reunirá y lo guardará, Como el pastor a su rebaño.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Escuchad, naciones, la palabra de Yahveh, anunciadla en las islas lejanas y decid: 'El que dispersó a Israel lo reúne y lo guarda como pastor a su rebaño'.

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Jeremías 31:10
43 Referans Kwoze  

A partir de éstos se poblaron las islas de las gentes en diferentes pa ses, cada uno con su lengua propia, según sus respectivos linajes y naciones.


Reconstruye el Se or Jerusalén y reúne a los deportados de Israel.


Salmo. De David. El Se or es mi pastor: nada me falta.


Los monarcas de Tarsis y las islas le pagarán tributo, y los reyes de Sabá y de Seba le traerán presentes.


Atiende al aspecto de tu grey, dedica atención a tu reba o,


Ellos alzan su voz, exultan por la gloria de Yahveh, desde occidente lo aclaman;


Sucederá aquel d a: Yahveh majará desde el álveo del R o hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis cosechados uno por uno, hijos de Israel.


Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.


Como un pastor apacienta su reba o Él con su brazo recoge los corderos, en su regazo los lleva y conduce las madres.


¡Islas, escuchadme en silencio! Cobren nueva fuerza los pueblos. Que se acerquen, y entonces que hablen, juntos al juicio lleguemos.


Cantad a Yahveh un cántico nuevo, su alabanza desde el conf n de la tierra. Brame el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes.


No flaqueará ni desmayará, hasta que imponga en la tierra equidad; las islas esperan su ense anza.


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al conf n de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recogeré.


Es que a m me esperan las islas, y las naves de Tarsis en vanguardia, para traer a tus hijos de lejos, y con ellos su plata y su oro, para el nombre de Yahveh, tu Dios, y para el Santo de Israel, que te glorifica.


Pondré entre ellas una se al y enviaré salvados de ellas a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, a Mésec y Ros, a Tubal y Yaván, y a las islas lejanas que no han tenido noticia de m ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria en las naciones.


Y pondré al frente de ellas pastores que las apacentarán de tal modo que no temerán más ni se asustarán ni se perderá ninguna' - oráculo de Yahveh -.


a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de la costa que está al otro lado del mar;


Os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán con ciencia y prudencia.


Oveja descarriada era Israel; los leones la espantaron. El primero que la devoró fue el rey de Asiria. El último que la deshuesó fue Nabucodonosor, rey de Babilonia.


A Israel lo volveré a su pastizal, para que paste en el Carmelo y en Basán y se harte en la monta a de Efra n y en Galaad.


Por eso, di: 'As dice el Se or Yahveh: aunque los he echado lejos por las naciones y aunque los he dispersado por los pa ses, sin embargo he sido para ellos durante algún tiempo un santuario en los pa ses adonde han ido'.


Os sacaré de los pueblos y os reuniré de los pa ses en donde estáis dispersos con mano dura, brazo extendido y furor desbordado;


Como un pastor cuida de su reba o cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, as cuidaré yo de mis ovejas y las recogeré de todos los lugares por donde andan dispersas en d a de nubes y de oscuridad.


'Mi siervo David será su rey y todos ellos tendrán un solo pastor; procederán según mis normas y observarán mis leyes poniéndolas en práctica.


Por eso, habrá padres que se comerán a sus hijos en medio de ti, e hijos que se comerán a sus padres; ejecutaré en ti la sentencia, esparciendo a todos los vientos todo lo que quede de ti.


a una tercera parte le prenderás fuego en medio de la ciudad cuando se cumplan los d as del asedio; tomarás luego otra tercera parte, y la cortarás con la espada alrededor de la ciudad; la otra tercera parte la esparcirás al viento, y entonces yo desenvainaré la espada tras de ellos.


Volverá entonces sus ojos a las islas y se apoderará de muchas, pero un caudillo pondrá fin a su insolencia, sin que él pueda desquitarse de su oprobio.


A vosotros os dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de vosotros. Vuestro pa s será arrasado y vuestras ciudades reducidas a escombros.


Pero yo reuniré a Jacob todo entero, congregaré al resto de Israel; los agruparé como reba o en el aprisco, como un hato en medio de sus pastos, all mugirán lejos de los hombres.


Aquel d a - oráculo de Yahveh - recogeré a la oveja coja, traeré a la extraviada, a la que yo hab a maltratado.


Él será la paz. Asur invadirá nuestro pa s, pisará nuestro suelo; pero levantaremos contra él siete pastores y ocho pr ncipes del pueblo,


Yahveh será terrible contra ellos. Cuando anule a todos los dioses de la tierra, se postrarán ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las naciones.


Porque aquel d a me enfrentaré a todos tus opresores. Salvaré a la que está coja, recogeré a la descarriada, les daré gloria y renombre en todos los pa ses donde fueron despreciados.


Los llamaré con un silbido para reunirlos, porque los he rescatado; y serán tan numerosos como eran.


Pregunté: '¿Adónde vas?'. Me contestó: 'A medir Jerusalén, para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud'.


Aquel d a, Yahveh, su Dios, los librará como a reba o de su pueblo; como piedras de diadema fulgirán en su tierra.


No temas, peque o reba o; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.


Mis ovejas oyen mi voz: yo las conozco y ellas me siguen.


y no por la nación sola, sino también para reunir juntos a los hijos de Dios que estaban dispersos.


Aunque tus desterrados estuvieran en la otra punta del cielo, de all te reunirá Yahveh, tu Dios, y de all te recogerá.


Yo me dije: a polvo los reducir a, borrar a su recuerdo de entre los hombres,


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