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Jeremías 30:5 - Biblia Castilian 2003

5 As dice Yahveh: 'Oigo gritos de terror, de temor, y no de paz.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Esto dice el Señor: «Oigo gritos de temor; hay terror y no hay paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Esto dice Yavé: He oído un grito de terror, de pánico, no de paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así dice YHVH: ¡Gritos de terror hemos oído, De espanto y no de paz!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así dice Yahveh: 'Oigo gritos de terror, de temor, y no de paz.

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Jeremías 30:5
22 Referans Kwoze  

Bramará contra él, aquel d a, como brama el mar. Se mirará a la tierra, y no habrá más que densas tinieblas, los nubarrones oscurecerán la luz.


Gru imos como los osos todos nosotros, y como las palomas sin cesar arrullamos. Esperábamos la justicia: y ¡nada!; la salvación: y está lejos de nosotros.


A todas las crestas del desierto llegaron saqueadores, pues Yahveh tiene una espada que devora de un extremo a otro del pa s sin dejar en paz a nadie.


¡Escuchad! Clamor de los pastores, griter o de los mayorales del reba o, porque Yahveh devasta su pastizal


Éstas son las palabras que ha dicho Yahveh acerca de Israel, y de Judá.


Pero ¿qué veo? Están consternados, vuelven la espalda; sus guerreros, batidos, emprenden la huida sin mirar atrás. ¡Pavor por doquier! - oráculo de Yahveh -.


As dice Yahveh: Mirad: un pueblo viene de la región del norte, una gran nación avanza desde los confines de la tierra.


Hija de mi pueblo, c ete de saco, revuélcate en el polvo; haz duelo como por hijo único, una lamentación amargu sima, pues de improviso vendrá el devastador contra nosotros.


Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el pa s y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.


¡Mira! ¡Oye! Gritos de socorro de la hija de mi pueblo, por todo el pa s a la redonda: ¿no está Yahveh en Sión, no está en ella su rey? ¿Por qué me han irritado con sus estatuas, con los dolos del extranjero?


Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro o do la palabra de su boca; ense ad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la eleg a:


Cambiaré en llanto vuestras fiestas, y todos vuestros cantos en lamento; pondré un saco en todas las cinturas, y en todas las cabezas tonsura; haré que haya duelo como por el hijo único, y su fin será como d a de amargura.


Se mofa de los reyes, los pr ncipes le sirven de juguete. Se r e de toda fortaleza: levanta un terraplén y la conquista.


Mirad: yo suscito a los caldeos, pueblo violento e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para conquistar moradas ajenas.


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