Jeremías 3:21 - Biblia Castilian 2003

²¹ ¡Escuchad! En las colinas se oye el llanto y plegarias de los hijos de Israel, porque erraron su camino, olvidaron a Yahveh, su Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²¹ Voz fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se han olvidado.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²¹ Se escuchan voces en las alturas de las montañas desoladas, el llanto y las súplicas del pueblo de Israel. Pues han escogido caminos torcidos y se han olvidado del Señor su Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²¹ Sobre las lomas peladas se oyen unos gritos, son las súplicas llenas de lágrimas de los hijos de Israel porque perdieron el camino, olvidándose de Yavé, su Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

²¹ ¡Escuchad! Sobre los altos montes se oye el llanto suplicante de los hijos de Israel, Que han torcido su camino, Olvidados de YHVH, su Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²¹ ¡Escuchad! En las colinas se oye el llanto y plegarias de los hijos de Israel, porque erraron su camino, olvidaron a Yahveh, su Dios.

Jeremías 3:21 Referans Kwoze

Job 33:27

lo repite a la gente diciendo: 'Hab a pecado y violado la justicia, pero él no me pagó según mi falta;

Proverbios 10:9

Quien camina derecho camina seguro, quien tuerce sus caminos se pierde.

Proverbios 19:3

La necedad del hombre tuerce su camino; contra Yahveh se irrita su corazón.

Isaías 15:2

Sube la hija de Dibón a las alturas a llorar. Por Nebó y Mádaba está gimiendo Moab. Todas sus cabezas calvas; todas sus barbas afeitadas.

Isaías 17:10

Porque olvidaste al Dios de tu salvación, no recordaste la roca de tu refugio. Por eso plantas plantaciones placenteras, amugronas mugrones extranjeros:

Isaías 57:11

¿Ante quién temblabas y tem as cuando ment as? De m no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a m no me tem as.

Jeremías 12:12

A todas las crestas del desierto llegaron saqueadores, pues Yahveh tiene una espada que devora de un extremo a otro del pa s sin dejar en paz a nadie.

Jeremías 13:25

Ésta es tu suerte, la parte que te asigno - oráculo de Yahveh -, porque me has olvidado y has confiado en la mentira.

Jeremías 18:15

Pues a m me olvidó mi pueblo, incensaron a la nada. Los han hecho tropezar en sus caminos, en los antiguos senderos, para que anduvieran por veredas, por caminos no pisados;

Jeremías 2:32

¿Olvida una joven sus adornos, una novia su cinturón? Pues mi pueblo me ha olvidado innumerables d as.

Jeremías 3:2

Alza tus ojos a los altos y mira: ¿Dónde no te has dejado violar? A la vera de los caminos te sentabas, esperándolos, como el árabe en el desierto, y has profanado el pa s con tus prostituciones y tu maldad.

Jeremías 31:9

Vienen con llanto y los gu o con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efra n es mi primogénito'.

Jeremías 7:29

Córtate el pelo y t ralo, entona una lamentación en las colinas, pues Yahveh desechó y repudió a la generación que provoca su ira.

Ezequiel 23:35

Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Por haberte olvidado de m y por haberme vuelto las espaldas, carga tú ahora con tu lascivia y tus prostituciones'.'

Ezequiel 7:16

Los supervivientes huirán, vagarán por los montes, como las palomas de los valles, gimiendo todos ellos por su iniquidad.

Oseas 13:6

Cuando los apacenté, se saciaron se saciaron, se jactaron en su corazón, y as se olvidaron de m.

Oseas 8:14

Israel olvidó a su Hacedor y construyó palacios; Judá multiplicó las ciudades fortificadas. Enviaré fuego a sus ciudades y devorará sus palacios.

Miqueas 3:9

Escuchad también esto, jefes de la casa de Jacob, gobernantes de la casa de Israel, vosotros que detestáis la justicia, que torcéis toda equidad,

Números 22:32

El ángel de Yahveh le dijo: '¿Por qué has apaleado por tres veces a tu burra? Soy yo quien he salido a cerrarte el paso, porque este precipitado viaje tuyo me desagrada.

2 Corintios 7:10

Pues la tristeza que es según Dios produce una conversión saludable, de la cual no hay que tener pesar; mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.