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Jeremías 29:8 - Biblia Castilian 2003

8 Pues as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: que no os enga en los profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni escuchéis los sue os que sue an.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “No permitan que los engañen los profetas y los adivinos que están entre ustedes en la tierra de Babilonia. No presten atención a sus sueños,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No se dejen engañar por los profetas, ni por los adivinos que hay entre ustedes, ni crean en sus sueños, fruto de su imaginación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Así dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas y adivinos que viven entre vosotros, ni atendáis a los sueños que vosotros mismos soñáis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pues así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: que no os engañen los profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni escuchéis los sueños que sueñan.

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Jeremías 29:8
36 Referans Kwoze  

Yahveh me dijo: 'Mentira profetizan los profetas en mi nombre; no los he enviado ni les he dado orden alguna ni les he hablado: visión falsa, adivinación vana y enga o de su corazón, eso es lo que os profetizan.


As dice Yahveh Sebaot: 'No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan, porque os enga an: os cuentan la visión de su fantas a, no la de la boca de Yahveh.


No envié yo a esos profetas, pero ellos corren; no les hablé, pero ellos profetizan.


O lo que dijeron los profetas que profetizan en mi nombre mentira: '¡He tenido un sue o! ¡He tenido un sue o!'.


que piensan hacer olvidar mi nombre a mi pueblo, con los sue os que unos a otros se cuentan, como olvidaron sus padres mi nombre por Baal?


Vosotros, por tanto, no debéis escuchar a vuestros profetas, a vuestros adivinos, a vuestros so adores, a vuestros agoreros y a vuestros magos, que os dicen: no tendréis que servir al rey de Babilonia.


Después el profeta Jerem as dijo al profeta Janan as: 'Escucha bien, Janan as. Yahveh no te ha enviado, y tú has inducido a este pueblo a confiar en una mentira.


Éste es el texto de la carta que el profeta Jerem as envió desde Jerusalén al resto de los ancianos de los desterrados, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor hab a deportado de Jerusalén a Babilonia,


Vosotros dec s: 'Yahveh nos ha suscitado profetas en Babilonia'.


As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel, acerca de Ajab, hijo de Colayas, y acerca de Sedec as, hijo de Maas as, que os profetizan mentira en mi nombre. 'Mirad: voy a entregarlos en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los hará matar ante vuestros ojos;


puesto que hicieron una torpeza en Israel, cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos y dijeron en mi nombre palabras mentirosas que no les hab a encargado. Yo mismo lo sé y soy testigo' - oráculo de Yahveh -.


As dice Yahveh: no os enga éis a vosotros mismos, diciendo: 'Los caldeos se alejan definitivamente de nosotros', porque no se alejarán.


los profetas profetizan con mentira, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y mi pueblo as lo quiere. Pero ¿qué haréis cuando llegue el fin?


Tus profetas tuvieron para ti Nun visiones enga osas y necias. No te descubrieron tu pecado, de modo que cambiara tu suerte; te hicieron vaticinios falaces e ilusorios.


Ven cosas vanas y adivinaciones mentirosas esos que dicen: 'Oráculo de Yahveh', cuando Yahveh no los ha enviado, y esperan que él confirme sus palabras.


Si un hombre corriera tras el viento y dijera mentiras como ésta: 'Yo te haré profec as a cambio de vino y licores', ése ser a el profeta digno de este pueblo.


Aquel d a sucederá que, cuando profeticen, los profetas se avergonzarán de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo para mentir,


porque surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán grandes se ales y prodigios, para enga ar, si fuera posible, aun a los mismos elegidos.


Él contestó: 'Mirad que no os dejéis enga ar. Porque muchos vendrán amparándose en mi nombre, y dirán: 'Soy yo', y 'El tiempo está cerca'. No vayáis tras ellos.


¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas.


Esos tales no sirven a Cristo, Se or nuestro, sino a sus propios bajos apetitos y, con su modo de hablar lisonjero y adulador, seducen el corazón de los sencillos.


para que ya no seamos ni os, sacudidos por las olas y llevados de acá para allá por todo viento de doctrina, a merced de las trampas de los hombres y de la astucia que urde las artima as del error,


Nadie os enga e con vanas palabras; pues por estas cosas viene la ira de Dios sobre los rebeldes.


Que nadie os enga e en modo alguno. Porque si primero no viene la apostas a y aparece el hombre imp o, el hijo de la perdición,


Pero los hombres malvados e impostores irán de mal en peor, enga ando y enga ados.


Queridos m os, no os fiéis de todo esp ritu, sino examinad si los esp ritus son de Dios, porque han salido al mundo muchos falsos profetas.


Seduce, con los prodigios que le permitieron hacer al servicio de la bestia, a los moradores de la tierra, diciéndoles que hagan una imagen en honor de la bestia que, a pesar de la herida de la espada, sobrevivió.


Cayó prisionera la bestia, y con ella el falso profeta, el que hac a a su servicio las se ales con las que extravió a los que recibieron la marca de la bestia y a cuantos adoraron su imagen. Ambos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre.


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