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Jeremías 29:18 - Biblia Castilian 2003

18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en terror para todos los reinos de la tierra, en maldición, horror, rechifla y oprobio en todas las naciones adonde los habré expulsado,

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Biblia Reina Valera 1960

18 Los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia, y los daré por escarnio a todos los reinos de la tierra, por maldición y por espanto, y por burla y por afrenta para todas las naciones entre las cuales los he arrojado;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Sí, los perseguiré con guerra, hambre y enfermedad, y los esparciré por todo el mundo. En cada nación por donde los envíe los convertiré en objeto de condenación, horror, desprecio y burla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste. Producirán terror a todos los reinos de la tierra, y serán motivo de maldición, de admiración, de burla y de risa para todas las naciones adonde los arroje.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra, en maldición, espanto, burla y afrenta entre todas las naciones donde los habré arrojado;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en terror para todos los reinos de la tierra, en maldición, horror, rechifla y oprobio en todas las naciones adonde los habré expulsado,

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Jeremías 29:18
38 Referans Kwoze  

Por ello, la cólera de Yahveh se ha abatido sobre Judá y Jerusalén, y los ha hecho objeto de espanto, de estupor y de escarnio, como estáis viendo con vuestros propios ojos.


nos haces escapar del enemigo y nuestros opresores nos expolian.


Dejaréis vuestro nombre para imprecación de mis elegidos: '¡Que te mate el Se or Yahveh!'. Pero a mis siervos se les llamará con otro nombre.


Los haré el horror de todos los reinos de la tierra, por causa de Manasés, hijo de Ezequ as, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.


para hacer de su pa s un horror, una rechifla perdurable. Todo el que pasa por él se asombra y menea la cabeza.


Haré de esta ciudad un horror y una rechifla: todo el que pase por ella quedará horrorizado y rechiflará a causa de todas sus heridas.


y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean extirpados del pa s que les di a ellos y a sus padres'.


Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte - oráculo de Yahveh - y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este pa s y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.


Pero la nación y el reino que no se someta a él, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, a esa nación la castigaré por medio de la espada, del hambre y de la peste - oráculo de Yahveh -, hasta que yo la aniquile por su mano.


as dice Yahveh Sebaot: 'Mirad: voy a enviar contra ellos la espada, el hambre y la peste, y les haré como a los higos podridos, que de tan malos no se pueden comer.


y de ellos se tomará - y usarán los desterrados de Judá que están en Babilonia - esta maldición: ¡Que Yahveh te haga como a Sedec as y como a Ajab, a quienes tostó al fuego el rey de Babilonia!,


Mira que los terraplenes de asedio llegan a la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos, que combaten contra ella con la espada, el hambre y la peste. Lo que has anunciado se está cumpliendo, y tú mismo lo estás viendo.


Por eso, as dice Yahveh: 'Vosotros no me habéis escuchado, al proclamar cada uno la manumisión de su hermano y de su prójimo. Pues mirad: yo voy a proclamar contra vosotros la manumisión - oráculo de Yahveh - para la espada, la peste y el hambre, convirtiéndoos en el terror de todos los reinos de la tierra.


Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: como se volcó mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, as se volcará mi furor sobre vosotros cuando entréis en Egipto: seréis execración y horror, maldición y oprobio, y no veréis más este lugar.


Voy a quitar de en medio al resto de Judá, a aquellos que decidieron entrar en el pa s de Egipto y residir en él. Perecerán todos; caerán en el pa s de Egipto; desde el más peque o hasta el más grande serán consumidos por la espada y por el hambre; morirán a espada y de hambre, y se convertirán en execración, horror, maldición y oprobio.


Yahveh no pod a soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que comet ais, y por eso, vuestro pa s se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.


Y sabrán que yo soy Yahveh cuando los disperse por las naciones y los esparza por los pa ses.


Te dispersaré por las naciones y te esparciré por los pa ses; as quitaré de ti tu impureza;


Porque as dice el Se or Yahveh: 'Traeré contra ellas a una multitud y las entregaré al terror y al pillaje.


los dispersé por las naciones y se esparcieron por los pa ses; los juzgué según su conducta y sus obras.


Serás el escarnio, el blanco de insultos, la lección y el espanto de las naciones que te rodean, cuando ejecute contra ti la sentencia con ira, furor y castigos sin piedad. Yo, Yahveh, he hablado.'


'Pero dejaré algunos con vida. Cuando tengáis entre las naciones algunos de los evadidos de la espada, cuando seáis dispersados por los pa ses,


A vosotros os dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de vosotros. Vuestro pa s será arrasado y vuestras ciudades reducidas a escombros.


Mirad que yo mandaré que zarandeen entre todas las naciones a la casa de Israel, como se zarandea una criba, sin que ni una piedrecilla caiga en tierra.


Has seguido las leyes de Omr y todas las prácticas de la casa de Ajab; te has portado según sus consejos, por eso te entregaré a la devastación, y a tus habitantes al escarnio. As cargaréis con el oprobio de los pueblos'.


Los he dispersado entre todas las naciones que no conoc an. y la tierra quedó desolada cuando se fueron, sin que nadie transitara por ella. As han convertido en desierto un pa s delicioso'.


As como fuisteis maldición en las naciones, casa de Judá y casa de Israel, as os libraré y seréis bendición. ¡No temáis! ¡Sean fuertes vuestras manos!'


Una vez haya ella bebido aguas, sucederá que, si se ha manchado y ha sido infiel a su marido, penetrará en ella el agua de la maldición y le será amarga; se le hinchará el vientre y languidecerán sus caderas, y se convertirá en objeto de imprecación en medio de su pueblo.


Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el plazo de los gentiles se cumpla.


Yahveh hará que seas derrotado ante tus enemigos; por un camino irás contra ellos y por siete huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.


y causarás asombro, irrisión y mofa en todos los pueblos a los que Yahveh te llevará.


Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conoc ais.


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