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Jeremías 14:21 - Biblia Castilian 2003

21 No nos desprecies por amor a tu nombre, no deshonres el trono de tu gloria. ¡Acuérdate! ¡No rompas tu alianza con nosotros!

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Biblia Reina Valera 1960

21 Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Por el honor de tu fama, Señor, no nos abandones; no deshonres tu propio trono glorioso. Por favor, recuérdanos, y no rompas tu pacto con nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 No nos desprecies más, por el honor de tu Nombre; no profanes más el trono de tu Gloria y no olvides tu alianza con nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Por amor de tu Nombre, no deseches Ni deshonres el trono de tu gloria! ¡Acuérdate, no anules tu pacto con nosotros!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 No nos desprecies por amor a tu nombre, no deshonres el trono de tu gloria. ¡Acuérdate! ¡No rompas tu alianza con nosotros!

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Jeremías 14:21
39 Referans Kwoze  

Enojóse el Se or contra su pueblo, llegando a abominar de su heredad.


Recordó su alianza, tuvo compasión por su inmenso su amor,


la gloria de tu reino hacen saber, publican tus proezas,


Por tu nombre, Se or, perdona mis delitos, pues son grandes.


Aparta de mis errores tu mirada, borra todos mis delitos.


Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo, diciéndoles: 'Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y daré a vuestra descendencia todo ese pa s de que yo he hablado para que lo hereden perpetuamente''.


Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas; ni de d a ni de noche, nunca jamás callarán. Vosotros, que recordáis a Yahveh, no os concedáis reposo.


¿Has rechazado del todo a Judá, o tu alma está cansada de Sión? ¿Por qué nos has herido sin que tengamos cura? Esperábamos la paz, pero no ha habido bien alguno; el tiempo de la sanación, y se presenta el terror.


Aunque nuestras culpas nos acusen, actúa, Yahveh, por amor a tu nombre. En verdad, nuestras rebeld as son muchas, hemos pecado contra ti.


¡Trono de gloria, sublime desde el principio, lugar de nuestro santuario!


En aquel tiempo llamarán a Jerusalén trono de Yahveh, y en ella, en Jerusalén, se congregarán todas las naciones en nombre de Yahveh, y no seguirán más la obstinación de su malvado corazón.


Su mano tendió el opresor Yod a todos sus tesoros; ella vio a las naciones entrar en su santuario, aquellas a las que prohibiste entrar en tu asamblea.


Mira, Yahveh, y considera: Res ¿a quién has tratado as ? ¿Tendrán que comer las mujeres el fruto de su vientre, los ni os que llevan todav a en sus brazos? ¿Matarán en el santuario del Se or a los sacerdotes y a los profetas?


pero retiré mi mano y por consideración a mi nombre actué para que no fuera profanado a los ojos de las naciones a vista de las cuales los hab a sacado.


'Di a la casa de Israel: as dice el Se or Yahveh: mirad: voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra potencia, encanto de vuestros ojos, y anhelo de vuestras almas; y vuestros hijos y vuestras hijas, los que habéis dejado, caerán a espada'.


'Por eso, as dice el Se or Yahveh: ahora cambiaré la suerte de Jacob, tendré compasión de toda la casa de Israel y seré celoso de mi nombre.


y me dec a: 'Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar de las plantas de mis pies, donde voy a residir en medio de los hijos de Israel para siempre. La casa de Israel no volverá a contaminar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus prostituciones ni con los cadáveres de sus reyes cuando mueran,


A ti, Se or, la justicia; a nosotros, la vergüenza en el rostro, como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los pa ses adonde los arrojaste por las infidelidades que cometieron contra ti.


Pondré mi morada en medio de vosotros y no sentiré hast o de vosotros.


El Se or Yahveh lo jura por s mismo - oráculo de Yahveh, Dios Sebaot -: 'Aborrezco el orgullo de Jacob, detesto sus palacios; entregaré la ciudad y cuanto hay en ella'.


tener misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santa alianza,


Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el plazo de los gentiles se cumpla.


para mostrar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.


Yahveh lo ha visto, y ha rechazado, lleno de ira, a sus hijos y a sus hijas.


El atrio exterior del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.


Y Yahveh por amor de su gran nombre, no abandonará a su pueblo pues ha querido hacer de vosotros su pueblo.


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