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Jeremías 10:25 - Biblia Castilian 2003

25 Derrama tu furor sobre los pueblos que no te reconocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; pues han devorado a Jacob, lo han devorado y consumido, han devastado su morada.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo devoraron, le han consumido, y han asolado su morada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Derrama tu ira sobre las naciones que se niegan a reconocerte, sobre los pueblos que no invocan tu nombre. Pues han devorado a tu pueblo Israel; lo han devorado y consumido y han hecho de la tierra un desierto desolado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Derrama tu enojo sobre las naciones que no te conocen, sobre los pueblos que no han invocado tu Nombre. Mira cómo están devorando a Jacob y se lo comen hasta terminarlo. Ya le han arruinado su casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Derrama tu ira sobre los pueblos que no te conocen, Sobre las naciones que no invocan tu Nombre, Porque han devorado a Jacob, Sí, lo han devorado y consumido, Y han asolado su morada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Derrama tu furor sobre los pueblos que no te reconocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; pues han devorado a Jacob, lo han devorado y consumido, han devastado su morada.

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Jeremías 10:25
28 Referans Kwoze  

As termina la casa del injusto, tal es la suerte de quien a Dios ignora'.


¿Es que no saben comprender los obreros del mal que devoran a mi pueblo, como quien come pan, y no invocan al Se or?


No hace as con otros pueblos, que ignoran sus mandatos. Aleluya.


Al acercarse a m los malhechores para comer mi carne, son ellos, mis opresores y enemigos, los que tropiezan y se caen.


Que sus ojos se nublen, al punto de no ver, y tiemblen sus ri ones sin sosiego.


Pero tú no me invocaste, Jacob; te cansaste de m, Israel.


Pero ahora, Yahveh, tú eres nuestro padre. Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero, obra de tus manos todos nosotros.


Pero el pueblo no se volvió a quien lo her a, no buscaron a Yahveh Sebaot.


Palabra que le fue dirigida a Jerem as de parte de Yahveh en estos términos:


Por eso, cuantos te devoraron serán devorados y todos tus adversarios, todos ellos, irán al cautiverio. Tus saqueadores serán saqueados y a cuantos te despojaron entregaré al despojo.


Oveja descarriada era Israel; los leones la espantaron. El primero que la devoró fue el rey de Asiria. El último que la deshuesó fue Nabucodonosor, rey de Babilonia.


Cuantos las hallaban las devoraban, y sus enemigos dec an: 'No tenemos culpa, porque pecaron contra Yahveh, Yahveh, pastizal de justicia y esperanza de sus padres'.


Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el pa s y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.


Convocaste, como a un d a de fiesta, Tau mis terrores en todo alrededor; no hubo, en el d a de la ira de Yahveh, quien escapase ni quedase con vida. A los que llevé en mis brazos y crié los exterminó mi enemigo.


a los que se apartan de Yahveh, a los que no lo buscan ni van a su encuentro.


Por eso, esperadme - oráculo de Yahveh - el d a en que me levante para dar testimonio, pues he decidido reunir a las naciones, congregar a los reinos, para derramar sobre ellos mi cólera, todo el ardor de mi ira: por el fuego de mi celo será devorada toda la tierra.


pero con gran ira estoy airado contra las naciones orgullosas que, cuando estuve un tanto airado, cooperaron al desastre.


Padre justo, realmente el mundo no te conoce, pero yo s te conozco; y éstos han conocido que tú me has enviado.


Porque, al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he hallado incluso un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que sin conocer veneráis, es lo que os anuncio yo.


Despertad de esa modorra, como es justo, y no sigáis pecando; pues ignorancia de Dios es lo que algunos tienen. Para vergüenza vuestra lo digo.


no por el ardor de la pasión, como los gentiles que no conocen a Dios;


en medio de un fuego flameante, para hacer justicia con los que no han reconocido a Dios y no han aceptado el evangelio de nuestro Se or Jesús.


O una gran voz procedente del santuario que dec a a los siete ángeles: 'Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios'.


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