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Isaías 9:6 - Biblia Castilian 2003

6 Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El imperio crece con él y la prosperidad no tiene límites, para el trono de David y para su reino: El lo establece y lo afianza por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. Sí, así será, por el amor celoso de Yavé Sabaot.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado; El dominio estará sobre su hombro, Y se llamará su nombre: Admirable, Consejero,° Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.

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Isaías 9:6
82 Referans Kwoze  

Él edificará una casa a mi nombre, y yo afirmaré el trono de su reino para siempre.


Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante m, y tu trono quedará consolidado para siempre'.


¡Bendito sea Yahveh, tu Dios, que se ha complacido en ti y te ha puesto en el trono de Israel! Por el amor que Yahveh tiene siempre a Israel te ha constituido rey, para administrar derecho y justicia'.


Recaiga la sangre de ellos sobre la cabeza de Joab y la de su descendencia para siempre, mientras que a David y a su linaje, a su casa y a su trono, Yahveh les otorgue paz perpetua'.


Por el contrario, sea bendecido el rey Salomón, y el trono de David consolidado ante Yahveh por siempre'.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco las calamidades que nos han sobrevenido; a nuestro reyes y jefes, a nuestros sacerdotes y profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los d as de los reyes de Asiria hasta el d a de hoy.


Aventajas en belleza a los hijos de los hombres, en tus labios hay la gracia derramada, y as Dios te bendice eternamente.


Tus dardos son agudos, ante ti caen los pueblos, y en medio, los enemigos del monarca.


Tu trono, cual de Dios, es eterno, para siempre y tu cetro real es un cetro justiciero.


Salmo. De Asaf. El Se or, Dios de los dioses, habla y convoca la tierra, desde el oriente hasta el ocaso.


Que subsista su nombre eternamente, que se extienda su fama en presencia del sol; que las naciones todas se bendigan en él y lo aclamen dichoso.


Los montes se alzarán con bienes para el pueblo, las colinas, con justicia.


Florecerán los justos en sus d as con riqueza de bienes, duraderos cual la luna.


Su socorro está cercano al que le teme con su gloria morando en nuestra tierra.


Yo establezco por siempre tu semilla y te construyo un trono, por las generaciones. Selah


Desde la eternidad fui yo formada, desde el comienzo, antes que la tierra.


Un resto volverá, el resto de Jacob, al Héroe Divino.


Será la justicia ce idor de su cintura y la fidelidad ce idor de sus caderas.


Se fundará un trono de gracia, y se sentará en él con lealtad, en la tienda de David, un juez y buscador del derecho, un experto en la justicia.


Yahveh, tú nos darás la paz, porque todas nuestras obras tú las haces.


Con propósito firme aseguras la paz, pues en ti se conf a.


También esto procede de Yahveh Sebaot, que se muestra admirable en su consejo y grande en su sabidur a.


Mirad: un rey reinará con justicia y los jefes juzgarán con equidad.


Porque de Jerusalén saldrá un resto y supervivientes del monte Sión. El celo de Yahveh Sebaot as lo hará.


Plugo a Yahveh aplastarlo con dolencias. Ofreció su vida como sacrificio expiatorio, verá descendencia, prolongará sus d as; y el querer de Yahveh se logrará por su mano.


Creció como un pimpollo ante él, como una ra z en tierra seca. No ten a forma ni belleza para que nos fijáramos en él, ni aspecto para que le apreciáramos;


Pero él era traspasado por nuestras rebeliones, aplastado por nuestras iniquidades. El castigo que nos val a la paz ca a sobre él y por sus cardenales éramos sanados.


Porque tú eres nuestro padre; Abrahán no sabe de nosotros, ni Israel nos reconoce. Tú, Yahveh, eres nuestro padre; tu nombre desde siempre 'Nuestro redentor'.


Porque as dice Yahveh: 'Aqu estoy yo dirigiendo hacia ella, como un r o, la paz; y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis; en el regazo seréis llevados, y acariciados sobre las rodillas.


Pues bien, el Se or mismo os dará una se al: mirad: la doncella está encinta, va a dar a luz un hijo, y le pondrá el nombre de Emmanuel.


Aqu estoy yo y mis hijos, los que Yahveh me ha dado, como se ales y portentos en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, que habita en el monte Sión.


¿Hasta cuándo andarás errando, hija rebelde? Pues Yahveh crea una novedad en la tierra: la mujer ronda al varón.


Por el tiempo de esos reyes, suscitará el Dios del Cielo un reino que nunca será destruido ni será entregado a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos esos reinos, mientras que él permanecerá por siempre,


Le fueron concedidos dominio, gloria e imperio; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es un reino que no perecerá.


La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero - dice Yahveh Sebaot -, y en este lugar daré la paz' - oráculo de Yahveh Sebaot -.


Genealog a de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.


La virgen concebirá en su seno, y dará a luz un hijo y le pondrá el nombre de Emmanuel, que significa 'Dios con nosotros'.


Todo me lo ha confiado mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo.


Y acercándose Jesús a ellos, les habló as: 'Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.


El ángel le respondió: 'El Esp ritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Alt simo te envolverá en su sombra; por eso, el que nacerá será santo, será llamado Hijo de Dios.


Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo Se or.


'Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres, objeto de su amor'.


porque yo os daré un lenguaje y una sabidur a que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios.


Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Pues de su plenitud todos nosotros hemos recibido: gracia por gracia.


'La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, la doy yo. No se turbe vuestro corazón ni sienta miedo.


Éste es el mensaje que ha enviado a los hijos de Israel anunciando el evangelio de paz por medio de Jesucristo. Él es Se or de todos.


Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Esp ritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.


El que ni siquiera escatimó darnos a su propio Hijo, sino que por todos nosotros lo entregó, ¿cómo no nos dará gratuitamente también todas las cosas con él?


a ellos pertenecen los patriarcas, y de ellos procede, según la carne, Cristo; el cual está por encima de todo, Dios bendito para siempre. Amén.


De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.


Porque él tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos a sus pies.


como que Dios es quien en Cristo estaba reconciliando consigo el mundo, sin tomar en cuenta a los hombres sus faltas, y quien puso en nosotros el mensaje de la reconciliación.


Porque Yahveh vuestro Dios, es el Dios de los dioses y el Se or de los se ores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;


en quien se encuentran, escondidos, todos los tesoros de la sabidur a y del conocimiento.


Sin lugar a dudas, grande es el misterio de la religión: Él ha sido manifestado en carne, justificado en esp ritu, visto por ángeles, proclamado entre gentiles, cre do en el mundo, ascendido en gloria.


mientras aguardamos la bienaventurada esperanza, o sea, la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Cristo Jesús,


Y en cambio, respecto del Hijo: Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; y tu cetro real es un cetro justiciero.


El Dios de la paz, que levantó de entre los muertos a nuestro Se or Jesús, el gran pastor de las ovejas, por la sangre de la alianza eterna,


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios la vida eterna.


Sobre el manto y sobre el muslo lleva escrito un nombre: 'REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES'.


El ángel de Yahveh le respondió: '¿Para qué preguntar por mi nombre, siendo, como es, misterioso?'.


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