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Isaías 9:3 - Biblia Castilian 2003

3 Porque el yugo de su carga, la vara de su hombro, el bastón de su opresor los rompiste como en el d a de Madián.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Harás que crezca la nación de Israel, y sus habitantes se alegrarán. Se alegrarán ante ti como la gente se goza en la cosecha, y como los guerreros cuando se dividen el botín.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues el yugo que soportaban y la vara sobre sus espaldas, el látigo de su capataz, tú los quiebras como en el día de Madián.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Multiplicaste la alegría,° Aumentaste el gozo; Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, Como se gozan cuando reparten despojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque el yugo de su carga, la vara de su hombro, el bastón de su opresor los rompiste como en el día de Madián.

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Isaías 9:3
38 Referans Kwoze  

Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los introdujiste en el pa s del que hab as prometido a sus padres que de él tomar an posesión.


Multiplica las naciones y las suprime, dilata los pueblos y los aniquila.


Él les da bendición y van a más y no deja que mengüen sus ganados.


Estoy de tus promesas tan gozoso como el que encuentra un gran bot n.


Muchos son los que dicen: '¿Quién nos dará a ver la dicha?' Levanta, tú, Se or, ante nosotros la luz de tu presencia.


Yahveh Sebaot blandirá contra ella el látigo, como al golpear a Madián en la roca de Horeb y su bastón tenderá sobre el mar y lo alzará como hizo en Egipto.


Aquel d a dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te hab as enojado contra m, se calmó ya tu ira y me has consolado.


Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los dominadores;


Aquel d a se dirá: 'He aqu nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve, éste es Yahveh en quien esperamos. Exultemos y gocemos en su salvación,


Acrecentaste la nación, Yahveh; acrecentaste la nación, te glorificaste, ensanchaste todos los confines del pa s.


por ella volverán los salvados de Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá alegr a eterna sobre sus cabezas. Alegr a y gozo serán su compa a, pesadumbre y gemido se alejarán.


Como el narciso ha de florecer; exultará, s, exultará jubiloso. Le ha sido concedida la gloria del L bano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.


¡Alégrate, estéril, la que no dio a luz! ¡Prorrumpe en júbilo y aclama, la que no estuvo de parto! Porque más numerosos son los hijos de la abandonada que los hijos de la casada, dice Yahveh.


Saldréis con alegr a y seréis llevados en paz. Las monta as y las colinas prorrumpirán ante vosotros en júbilo, y todos los árboles del campo batirán palmas.


Con inmenso gozo me gozaré en Yahveh; exulta mi alma en mi Dios, pues me vistió con ropas de salvación, con manto de justicia me cubrió, como el novio se coloca la corona y como la novia se adorna con sus joyas.


A cambio de vergüenza tendrán el doble; a cambio de la afrenta gozarán de su porción. Por eso en su pa s poseerán doble herencia, será la suya alegr a eterna.


mirad: mis siervos exultarán con alegre corazón, y vosotros gritaréis con corazón dolorido, y con ánimo quebrantado ulularéis.


Alegraos más bien y gozaos para siempre de lo que voy a crear. Porque mirad: yo estoy creando a Jerusalén como objeto de gozo y a su pueblo como objeto de alegr a.


Alegraos con Jerusalén y exultad por ella, todos los que la amáis; alegraos por ella, gozosos, todos los que por ella hicisteis duelo;


Porque as dice Yahveh: 'Gritad de alegr a por Jacob, exultad por la primera de las naciones, proclamad, cantad y decid: 'Salvó Yahveh a su pueblo, al resto de Israel'.


Todos sin excepción han pecado contra m: han trocado su gloria en ignominia.


Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos suyos. Romp las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida.'


Los llamaré con un silbido para reunirlos, porque los he rescatado; y serán tan numerosos como eran.


¡Vamos! Sálvate en Sión, tú que moras en Babel.


'As dice Yahveh Sebaot: sucederá en aquellos d as que diez hombres de diferentes lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un jud o, diciéndole: 'Queremos ir con vosotros, pues hemos o do que Dios está con vosotros'.'


Pero cuando venga contra él otro más fuerte y lo venza, le quitará las armas en que confiaba y repartirá el bot n.


Con esto hubo una gran alegr a en aquella ciudad.


Estad siempre alegres en el Se or, os lo repito: estad alegres.


Sin haberlo visto, lo amáis; y sin verlo por ahora, pero creyendo en él, experimentáis un gozo inefable y glorioso


¡Escuchad, reyes; prestad o do, pr ncipes! Yo, yo quiero cantar a Yahveh; voy a entonar un himno a Yahveh, Dios de Israel.


Mientras los trescientos hombres tocaban las trompetas, Yahveh hac a que, en el campamento, unos volvieran las espadas contra otros; y todos los del campamento huyeron hasta Bet Hasitá, hacia Sarerá, hasta la ribera de Abel Mejolá, frente a Tabat.


Zébaj y Salmuná emprendieron la huida; pero él los perseguió, hizo prisioneros a los dos reyes de Madián, Zébaj y Salmuná, y el pánico se adue ó del ejército entero.


Los guió, y hallaron a los amalecitas diseminados por todo el campo, comiendo, bebiendo y celebrando fiesta por el gran bot n que hab an capturado en tierra de los filisteos y de Judá.


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