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Isaías 9:12 - Biblia Castilian 2003

12 Pero el pueblo no se volvió a quien lo her a, no buscaron a Yahveh Sebaot.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Los arameos desde el oriente y los filisteos desde el occidente sacarán sus colmillos y devorarán a Israel. Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor; su puño sigue preparado para dar el golpe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Mas el pueblo no se ha vuelto hacia el que le pegaba, no se ha preocupado de Yavé de los ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 A los sirios° desde el levante° Y a los filisteos desde el poniente,° Para que a boca llena devoren a Israel; Y con todo, no se aplaca su ira: Su mano sigue extendida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero el pueblo no se volvió a quien lo hería, no buscaron a Yahveh Sebaot.

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Isaías 9:12
25 Referans Kwoze  

Por aquella época, el rey de Edom recuperó Elat para Edom y expulsó de all a los de Judá. As entraron en Elat los edomitas, y permanecen all hasta hoy d a.


También los filisteos invadieron las ciudades de la Tierra Baja y la parte meridional de Judá, se apoderaron de Bet Semes, de Ayalón, de Guederot, de Socó con sus aldeas, de Timná con sus aldeas y de Guinzó con sus aldeas, y se establecieron all.


pues devoran a Jacob, devastan sus moradas.


¡Sólo queda doblarse entre los prisioneros y caer entre los degollados! Y ni aun as se calmó su ira, su mano está todav a extendida.


Se lanzarán sobre la espalda de los filisteos a occidente, juntos saquearán a los hijos de oriente; Edom y Moab serán presa de su mano, y los hijos de Amón serán sus vasallos.


¡Ay de los que bajan a Egipto por ayuda y buscan apoyo en su caballer a! Conf an en los carros, que son muchos; en los jinetes, que son muy numerosos, y no miran al Santo de Israel, a Yahveh no consultan.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.


Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.


Derrama tu furor sobre los pueblos que no te reconocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; pues han devorado a Jacob, lo han devorado y consumido, han devastado su morada.


Los aventé con el bieldo en las puertas del pa s; lo dejé sin hijos, aniquilé a mi pueblo, porque de conducta no cambiaron.


Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió el pa s, dijimos: ¡Venid, entremos en Jerusalén para huir del ejército de los caldeos y del ejército de Aram! Por eso nos hemos establecido en Jerusalén'.


Por eso, ce os de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh.


Pero entonces yo extend mi mano contra ti, disminu tu ración y te entregué a la hostilidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de tu infame conducta.


Extenderé mi mano contra ellos y haré del pa s una devastación, una desolación, desde el desierto hasta Riblá, en todos sus lugares donde moran; y sabrán que yo soy Yahveh'.


El orgullo de Israel le acusa, pero no se convierten a Yahveh, su Dios, ni a pesar de todo, le buscan.


Envié contra vosotros una peste como la peste de Egipto; maté con la espada a vuestros jóvenes y vuestros caballos eran capturados; hice subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


Os derribé como Dios derribó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón sacado del incendio, pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


Os he hecho estar con dientes limpios en vuestras ciudades, faltos de pan en vuestros lugares. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


De dos, tres ciudades acud an vacilantes a otra ciudad a beber agua, y no se saciaban. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


Os he herido con tizón y con a ublo, he devastado vuestras huertas y vi edos; vuestras higueras y vuestros olivos los ha devorado la langosta. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


a los que se apartan de Yahveh, a los que no lo buscan ni van a su encuentro.


No escuchó la voz, no aceptó la corrección; no conf o en Yahveh, no se acercó a su Dios.


Ese mismo d a se encenderá mi cólera contra él; los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro; será presa que se devora; los alcanzarán muchos males y aflicciones. Y entonces pensará: '¿No será porque mi Dios no está en medio de m por lo que me han alcanzado estos males? '


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