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Isaías 7:9 - Biblia Castilian 2003

9 (9a) la capital de Efra n es Samar a, y el jefe de Samar a, el hijo de Remal as; (8b) pero dentro de sesenta y cinco a os, Efra n, destruido, dejará de ser pueblo. (9b) Si no creéis, no subsistiréis'.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Israel no es más fuerte que Samaria, su capital, y Samaria no es más fuerte que Peka, hijo de Remalías, su rey. A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer que permanezcan firmes”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Samaria es la capital de Efraím, y el hijo de Romelía es sólo jefe de Samaria. (Pues bien, dentro de cinco o seis años Efraím será destruido, dejará de ser un pueblo.) Pero si ustedes no creen, no permanecerán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Samaria es capital de Efraín, Y el hijo de Remalías caudillo de Samaria. (Dentro de sesenta y cinco años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo). Si no creéis, no subsistiréis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 la y el jefe de Samaría, el hijo de Remalías; Si no creéis, no subsistiréis'.

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Isaías 7:9
18 Referans Kwoze  

El a o cincuenta y dos de Azar as, rey de Judá, subió al trono de Israel Pécaj, hijo de Romel as, y reinó en Samar a veinte a os.


Al d a siguiente, muy de ma ana, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, les dijo: '¡Escuchadme, Judá y habitantes de Jerusalén: confiad en Yahveh, vuestro Dios, y estaréis seguros; tened fe en sus profetas, y triunfaréis!'.


¡Ay de la orgullosa corona de los ebrios de Efra n, y de la flor marchita de su espléndido atav o, que está en la cima del valle ubérrimo de los derribados por el vino!


Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su ra z se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desde aron la palabra del Santo de Israel.


Yahveh habló otra vez a Ajaz en estos términos: 'Pide una se al para ti de parte de Yahveh, tu Dios, en lo más profundo del seol o en lo más alto del cielo'.


y dile: 'Sé precavido, pero mantente tranquilo, no temas ni desmaye tu corazón por esos dos cabos de tizones humeantes, por la ira furibunda de Res n de Aram y del hijo de Remal as.


porque antes de que el ni o sepa decir papá y mamá, la riqueza de Damasco y el bot n de Samar a serán llevados ante el rey de Asiria'.


'Si cayeron los ladrillos, con sillares construiremos; si talaron los sicómoros, con cedros los cambiaremos'.


Azar as, hijo de Hosa as, Juan, hijo de Caréaj, y todos los hombres insolentes y rebeldes dijeron a Jerem as: 'Estás diciendo una mentira. Yahveh, nuestro Dios, no te ha enviado a decir: 'No vayáis a Egipto para residir all ',


Todo esto, por la rebeld a de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeld a de Jacob? ¿No es, acaso, Samar a? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es, acaso, Jerusalén?


Pero el centurión se fiaba más del piloto y del patrón de la nave que de las advertencias de Pablo.


¡Ánimo, pues, amigos! Porque yo conf o en Dios que sucederá tal como se me ha dicho.


Muy bien: por su incredulidad fueron desgajadas, mientras que tú estás firme por la fe. Pero no presumas tanto, sino más bien teme.


Y sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.


El que cree en el Hijo de Dios, en s mismo tiene el testimonio. El que no cree a Dios, le tacha de mentiroso, por no haber cre do en el testimonio que Dios dio acerca de su Hijo.


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