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Isaías 48:4 - Biblia Castilian 2003

4 Porque sab a que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,

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Biblia Reina Valera 1960

4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues yo sé lo terca y obstinada que eres; tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Yo sabía que eres porfiado, que tu cuello es como una barra de hierro y que tienes la frente como de bronce.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque sé que eres obstinado, y tu cerviz es un tendón de hierro, Y tu frente es de bronce,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque sabía que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,

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Isaías 48:4
27 Referans Kwoze  

Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como hab an hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.


Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.


Se rebeló también contra el rey Nabucodonosor, que le hab a exigido juramento de fidelidad por Dios. Endureció su cerviz y se obstinó en su corazón para no convertirse a Yahveh, Dios de Israel.


Pero, recobrada la paz, volvieron a hacer lo que es malo ante ti; por eso los dejaste en manos de sus enemigos, que los oprimieron. De nuevo clamaron a ti, y tú desde el cielo escuchaste, muchas veces los salvaste por tu misericordia.


Yo advierto a los soberbios: 'No os jactéis'. Y a los imp os: 'No levantéis la frente'.


As no serán como sus padres, gente rebelde y sediciosa, raza sin ánimo seguro y de esp ritu infiel ante su Dios.


Y a adió Yahveh a Moisés: 'Bien veo que es un pueblo de dura cerviz.


y te introduciré en la tierra que mana leche y miel. Pero no subiré contigo, no sea que acabe contigo en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz'.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Di a los israelitas. Sois un pueblo de dura cerviz. Si yo subiera, aunque fuera por un momento, con vosotros, os exterminar a. Ahora, pues, qu tate las galas de encima y ya sabré yo lo que debo hacer contigo'.


El Faraón hizo averiguaciones y, en efecto, no hab a muerto ni un solo animal de los ganados de los israelitas. Con todo, se endureció el corazón del Faraón y no dejó partir al pueblo.


Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.


Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren o r la ley de Yahveh;


Escuchadme, obstinados de corazón, los que estáis alejados de la justicia:


'As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus vidas toda la desgracia que he anunciado contra ella, porque han endurecido su cerviz y no han escuchado mis palabras'.


Por eso quedaron bloqueados los chubascos y no hubo lluvia en primavera. Pero tú tienes cara de ramera, no quieres avergonzarte.


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


pero no me han escuchado ni aplicado su o do, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.


Los hijos son unos desvergonzados y duros de corazón; a ellos, pues, voy a enviarte. Tú les dirás: 'As dice el Se or Yahveh'.


Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su esp ritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Pero, por tu dureza y tu impenitente corazón, estás acumulando ira para el d a de la ira, cuando se revele el justo juicio de Dios,


Circuncidad, pues, vuestros corazones y no endurezcáis más vuestra cerviz.


Porque yo conozco tu esp ritu rebelde y tu dura cerviz. Si hoy, todav a viviendo yo con vosotros, sois rebeldes a Yahveh, ¡cuánto más lo seréis después de mi muerte!


por el contrario, animaos mutuamente cada d a, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el enga o del pecado.


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