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Isaías 47:1 - Biblia Castilian 2003

1 Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel; siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos; que ya no te llamarán la mimada, la delicada.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvo porque han terminado tus días de estar sentada en el trono. Oh hija de Babilonia, nunca volverás a ser la encantadora princesa, tierna y delicada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Baja y siéntate en el suelo, virgen hija de Babel! No más trono: Siéntate en la tierra, hija de los caldeos. Ya no te llamarán más delicada y tierna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Baja, siéntate en el polvo, oh virgen hija de Babilonia! ¡Siéntate en el suelo, sin trono, Oh hija de los caldeos! Nunca más volverás a ser llamada tierna y delicada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel; siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos; que ya no te llamarán la mimada, la delicada.

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Isaías 47:1
36 Referans Kwoze  

Siete d as y siete noches permanecieron sentados junto a él sin proferir palabra, pues comprend an cuán inmenso era su dolor.


Tomó Job un trozo de teja para rascarse y se recostó entre la basura.


¡Capital de Babel devastadora, bendito el que te pague como a nosotros tú has pagado!


al sincero te muestras tú sincero, con el doble te haces tortuoso.


tú dejaste embotar el filo de su espada y no le haces aguantar en el combate.


Oráculo contra Babilonia, que recibió Isa as, hijo de Amós.


Por eso estremeceré los cielos, la tierra retemblará en su sitio, por la cólera de Yahveh Sebaot en el d a del ardor de su ira.


Yahveh se compadecerá de Jacob, elegirá de nuevo a Israel y los asentará en su pa s. El forastero se les unirá y se asociará a la casa de Jacob.


Oráculo contra el desierto del mar. Como torbellinos que atraviesan el Négueb, vienen del desierto, de tierra horrible.


Dijo: no volverás ya a alegrarte, virgen deshonrada, hija de Sidón. Levántate, pasa a Quit n, que ni aun all tendrás reposo.


que abatió a los moradores de la altura, a la ciudad inaccesible; la humillará, la abajará hasta la tierra, la nivelará hasta el polvo.


Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.


Éste es el oráculo que Yahveh ha pronunciado contra él: Te desprecia y se burla de ti, la doncella de Sión. A tus espaldas menea la cabeza la hija de Jerusalén.


Sacúdete el polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; desata las correas de tu cuello, cautiva, hija de Sión;


Di al rey y a la reina madre: Sentaos más abajo, porque cayó de vuestra cabeza vuestra gloriosa corona.


Sube a Galaad en busca de bálsamo, doncella de Egipto. En vano multiplicas los remedios, no hay curación para ti.


Baja de la gloria y siéntate en lo seco, hija que habitas en Dibón; pues el devastador de Moab sube contra ti, destruye tus castillos.


Palabra que dijo Yahveh acerca de los caldeos, por medio del profeta Jerem as.


Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babel.


As dice Yahveh: 'Mirad que yo suscito contra Babilonia y contra los habitantes de Leb Camay un viento destructor.


Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'La hija de Babel es como una era al tiempo de apisonarla; todav a un poco y le llegará el tiempo de la siega'.


Estamos avergonzados, porque hemos o do el ultraje, la ignominia ha cubierto nuestros rostros, porque entraron extranjeros en los santos lugares del templo de Yahveh.


En tierra están, sentados y mudos, Yod los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ci eron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.


Yacen por tierra en las calles Sin ni os y viejos; mis doncellas y mis jóvenes cayeron a espada. Has matado en el d a de tu ira, has degollado sin piedad.


Los que com an manjares exquisitos He desfallecen por las calles; los que se criaron entre púrpura se acuestan en los basureros.


Todos los pr ncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán sus mantos, se despojarán de sus vestiduras recamadas, se vestirán de espanto, se sentarán en tierra, se estremecerán sin descanso y estarán consternados por ti.


Se envaneció tu corazón por tu belleza, viciaste tu sabidur a por tu esplendor; en tierra te he arrojado, delante de los reyes te he puesto para que se fijen en ti.


La noticia llegó al rey de N nive, quien se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en la ceniza.


derribaré los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones; volcaré el carro y a quien le monta: caerán por tierra los caballos y sus jinetes, cada uno por la espada de su hermano.


Entonces el ángel que hablaba conmigo avanzó y otro ángel salió a su encuentro


Por todo cuanto se glorificó y se entregó al lujo, dadle otro tanto de tormento y llanto. Porque dice en su corazón: 'Estoy sentada como reina, no soy viuda y jamás veré el llanto'.


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