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Isaías 30:1 - Biblia Castilian 2003

1 ¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Yahveh -, que hacen un plan pero no de mi parte, que firman un pacto pero no de mi agrado, a adiendo as pecado a pecado!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Qué aflicción les espera a mis hijos rebeldes —dice el Señor—. Ustedes hacen planes contrarios a los míos; hacen alianzas que no son dirigidas por mi Espíritu, y de esa forma aumentan sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Ay de estos hijos rebeldes, dice Yavé, que traman unos proyectos que no son los míos y que se comprometen con pactos ajenos a mi espíritu, de modo que acumulan así pecados y más pecados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Ay de los hijos rebeldes!, dice YHVH Que hacen planes sin contar conmigo, Que firman° pactos sin mi Espíritu, añadiendo pecado sobre pecado,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Ay de los hijos rebeldes -oráculo de Yahveh-, que hacen un plan pero no de mi parte, que firman un pacto pero no de mi agrado, añadiendo así pecado a pecado!

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Isaías 30:1
48 Referans Kwoze  

En realidad, tú conf as en el apoyo de una ca a rota, en Egipto, que pincha y traspasa la mano de quien se apoya en ella. As es el Faraón, rey de Egipto, para todos los que conf an en él.


¿Cómo vas a hacer retroceder a un gobernador, a cualquiera de los menores servidores de mi se or? Tú conf as en Egipto, en espera de carros y jinetes.


Tú eres mi refugio, una torre maciza enfrente al enemigo.


Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra m.


Tus pr ncipes son rebeldes, comparsas de ladrones, cada cual ama el soborno, anda a la caza de regalos. No defienden al huérfano, la causa de la viuda no llega a ellos.


¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, ralea de malhechores, hijos corrompidos! Abandonaron a Yahveh, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.


¿Dónde golpearos aún si segu s rebelándoos? Toda la cabeza está enferma, todo el corazón extenuado.


es cierto que habéis dicho: 'Hemos sellado alianza con la muerte, hemos hecho un pacto con el seol. El azote inundante, cuando pase, no nos alcanzará, pues tenemos la mentira por refugio y el enga o por cobijo'.


Corta será la cama para estirarse, estrecho el cobertor para envolverse.


¡Ay de quienes esconden muy hondo, lejos de Yahveh, sus proyectos, y en las tinieblas realizan sus obras, diciendo: '¿Quién nos ve o quién nos conoce?'.


Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren o r la ley de Yahveh;


¡Ay de los que bajan a Egipto por ayuda y buscan apoyo en su caballer a! Conf an en los carros, que son muchos; en los jinetes, que son muy numerosos, y no miran al Santo de Israel, a Yahveh no consultan.


Será cada uno como abrigo contra el viento, como refugio contra el temporal, como arroyos de agua en erial, como sombra de roca maciza en tierra agostada.


entonces creará Yahveh sobre todo el lugar del monte Sión y sobre sus santas asambleas una nube de humo de d a y un resplandor de fuego llameante de noche, porque sobre toda la gloria de Yahveh habrá un dosel:


¡Ay de quienes arrastran la culpa con cuerdas de falsedad, y el pecado como con sogas de carreta!


Pero ellos se rebelaron, ofendieron su santo esp ritu y él se les cambió en enemigo y luchó contra ellos.


Tiendo todo el d a mis manos a un pueblo rebelde y terco, que va por mal camino, en pos de sus pensamientos;


Que as me dijo Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir el camino de este pueblo:


no llaméis conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración; no temáis lo que él teme ni tembléis por lo que él tiembla.


Seguramente os dirán: 'Consultad a agoreros y adivinos que bisbisean y susurran. ¿No consulta un pueblo a sus dioses y acerca de los vivos a los muertos?'.


As dice Yahveh: Maldito el hombre que conf a en el hombre, que hace de la carne su apoyo y aparta de Yahveh su corazón.


Y ahora, ¿a qué tienes tú que ir a Egipto a beber las aguas del Nilo? y, ¿a qué tienes que ir a Asiria a beber las aguas del R o?


as dice Yahveh, Dios de Israel: de este modo hablaréis al rey de Judá, que os ha enviado a m para consultarme: mirad: el ejército del Faraón que ha salido en vuestra ayuda se volverá a su pa s de Egipto;


Como guardas de un campo se han puesto en cerco contra ella, pues contra m se rebeló - oráculo de Yahveh -.


Es Yahveh quien os lo dice, resto de Judá: no vayáis a Egipto. Os lo he advertido'.


Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde; dieron media vuelta y se fueron


Yahveh me dijo: 'Hijo de hombre, éstos son los individuos que maquinan el mal y dan perversos consejos en esta ciudad,


Me dijo: 'Hijo de hombre, voy a enviarte a los israelitas, a una nación de rebeldes que se han rebelado contra m. Ellos y sus padres se han rebelado contra m hasta este mismo d a.


'Propondrás, pues, una parábola a la casa de Israel y les dirás: as dice el Se or Yahveh: 'Arrima la olla al fuego, arr mala y échale agua también.


Y ya no volverá a inspirar confianza la casa de Israel, sino que recordarán la iniquidad de haberse dirigido a él; y as sabrán que yo soy el Se or Yahveh.'


Como el diamante es más duro que la roca, as yo hago tu frente. No los temas ni te desanimes por causa de ellos, porque son una raza rebelde'.


Llegará la espada a sus ciudades, descerrajará sus cerrojos, los devorará por sus ama os.


Ahora continúan pecando, se funden imágenes de plata, se inventan dolos, obras de simple artesan a. Les sacrifican corderos. ¡Hombres dan besos a becerros!


¡Ay de ellos, por haber huido de m ! ¡Desdichados por rebelarse contra m ! Quiero salvarlos, pero mienten sobre m.


Entonces tomó la palabra y me respondió as: 'Ésta es la palabra de Yahveh a Zorobabel: no por el poder ni por la fuerza, sino por mi esp ritu - dice Yahveh Sebaot -.


Y ahora, vosotros ocupáis el lugar de vuestros padres, reto o de hombres pecadores, para atizar todav a más el fuego de la cólera de Yahveh contra Israel.


Pero, por tu dureza y tu impenitente corazón, estás acumulando ira para el d a de la ira, cuando se revele el justo juicio de Dios,


Yahveh no querrá perdonarle, sino que se encenderá contra él la cólera y el celo de Yahveh; descargará sobre él todas las maldiciones escritas en este libro y Yahveh borrará su nombre de debajo del cielo.


Habéis sido rebeldes a Yahveh desde el d a en que os conoc.


Recuerda y no olvides que irritaste a Yahveh, tu Dios, en el desierto; desde el d a en que saliste de la tierra de Egipto hasta que llegaste a este lugar, habéis sido rebeldes a Yahveh.


Pero los hombres malvados e impostores irán de mal en peor, enga ando y enga ados.


Los hombres de Israel compartieron las provisiones sin consultar al oráculo de Yahveh.


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