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Isaías 3:26 - Biblia Castilian 2003

26 Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Las puertas de Sion llorarán y se lamentarán. La ciudad será como una mujer violada, acurrucada en el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Sus puertas° se entristecerán y se enlutarán, Y desolada, se sentará en el suelo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.

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Isaías 3:26
19 Referans Kwoze  

Siete d as y siete noches permanecieron sentados junto a él sin proferir palabra, pues comprend an cuán inmenso era su dolor.


Tomó Job un trozo de teja para rascarse y se recostó entre la basura.


¡Gime, puerta! ¡Grita, ciudad! Estremécete, Filistea entera: que del norte viene humareda, nadie en sus tropas se desbanda.


Yo pondré cerco a Ariel; habrá llanto y lamento, y será para m como Ariel.


Porque el palacio está abandonado, el tumulto de la ciudad ha cesado, el Ofel y la Torre se han convertido para siempre en cavernas, delicia de onagros, pastizal de reba os.


Enluteció, languideció la tierra, enrojeció, se marchitó el L bano; quedó el Sarón como la estepa, sacudidos el Basán y el Carmelo.


Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel; siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos; que ya no te llamarán la mimada, la delicada.


'¿Hasta cuándo, Se or?' - pregunté -. Y él me respondió: 'Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.


De luto está Judá, y languidecen sus puertas; yacen en tierra desoladas, y el grito de Jerusalén asciende.


Sus viudas, por causa m a, son más numerosas que la arena del mar. He tra do contra esta madre de jóvenes guerreros un devastador al mediod a; eché sobre ella de repente terror y espanto.


¡Ay, cómo se sienta solitaria Álef la ciudad populosa! Es como una viuda la grande entre las naciones. La princesa entre las provincias está sujeta a tributo.


Los caminos de Sión están de luto, Dálet porque nadie acude a las fiestas; desiertas están todas sus puertas, sus sacerdotes gimen, se afligen sus doncellas, y ella misma está colmada de amargura.


En tierra están, sentados y mudos, Yod los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ci eron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.


Yahveh decidió derribar Jet la muralla de la hija de Sión; tendió la cuerda y no retiró su mano hasta destruirlo todo; antemuro y muralla hizo gemir, y a una se derrumbaron.


Las ciudades habitadas serán destruidas, el pa s quedará hecho un desierto y sabréis que yo soy Yahveh''.


Todos los pr ncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán sus mantos, se despojarán de sus vestiduras recamadas, se vestirán de espanto, se sentarán en tierra, se estremecerán sin descanso y estarán consternados por ti.


Su llaga es incurable, se ha expandido hasta Judá, ha llegado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.


Os tocamos la flauta y no habéis bailado; entonamos lamentaciones y no habéis gemido'.


te arrasarán a ti y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por no haber conocido el tiempo en que fuiste visitada'.


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