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Isaías 3:14 - Biblia Castilian 2003

14 Yahveh entra en juicio con los ancianos de su pueblo y sus jefes: 'Habéis abrasado la vi a, el despojo del pobre está en vuestras casas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Jehová vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque vosotros habéis devorado la viña, y el despojo del pobre está en vuestras casas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 El Señor se presenta para pronunciar juicio sobre los ancianos y los gobernantes de su pueblo: «Ustedes han destruido a Israel, mi viñedo. Sus casas están llenas de cosas robadas a los pobres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 ¿Con qué derecho vejan a mi pueblo o pisotean a los pobres?', dice el Señor Yavé de los Ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 YHVH vendrá a juicio contra los ancianos y príncipes de su pueblo, Porque vosotros habéis devastado° la viña, Y el despojo de los pobres está en vuestras casas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Yahveh entra en juicio con los ancianos de su pueblo y sus jefes: 'Habéis abrasado la viña, el despojo del pobre está en vuestras casas.

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Isaías 3:14
34 Referans Kwoze  

¿Acaso te castiga por tu piedad y te lleva a juicio por ello?


En la oscuridad se levanta el asesino para matar al pobre e indefenso. De noche avanza el asaltante, (16a) en las tinieblas escala los hogares (18a) y huye rápido antes que amanezca.


pues no necesita emplazar a nadie para que se presente a juicio ante Dios.


A escondidas pone trampas, cual león en madriguera, tiende insidias para cazar al afligido, le aprisiona, arrastrándole en sus redes.


¿Es que no saben comprender los obreros del mal que devoran a mi pueblo, como quien come pan, y no invocan al Se or?


No entres en querella con tu siervo, pues no habr a viviente que pudiera ante ti justificarse.


una raza cuyos dientes son espadas y cuyos molares son cuchillos para devorar a los pobres del pa s y a los menesterosos de entre los hombres.


¡Ay de quienes decretan decretos inicuos y escriben escritos vejatorios


para ignorar la causa de los indigentes y robar el derecho de los pobres de mi pueblo; para hacer de las viudas su presa y poder expoliar a los huérfanos!


Juzgará con justicia a los m seros, sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al violento con la vara de su boca, matará al imp o con el aliento de sus labios.


(30b) que matará de hambre tu estirpe y tu descendencia degollará.


La pisarán los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres.


Continuarán los humildes teniendo alegr a en Yahveh, y los indigentes en el Santo de Israel gozarán,


Por eso, as dice el Santo de Israel: 'Ya que rechazáis esta palabra, confiáis en lo torcido y tortuoso y en ello os apoyáis,


La vi a de Yahveh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá el plantel de sus delicias. Esperaba justicia y mirad: ¡iniquidad! Esperaba honradez y mirad: ¡lamentos!


Mirad: ayunáis para contienda y altercado y para pegar furibundos pu etazos. No ayunéis como ahora, para que se oigan altas vuestras voces.


Pastores numerosos han destruido mi vi a, han pisoteado mi parcela, han convertido mi deliciosa parcela en un desolado desierto,


Como jaula repleta de pájaros, as están repletas sus casas de fraude; por eso se hacen grandes y ricos,


oprime al pobre y al indigente, roba, no devuelve la prenda, alza sus ojos a los dolos, comete abominación,


os llevaré al desierto de los pueblos y me presentaré en juicio contra vosotros cara a cara.


Como me presenté a juicio contra vuestros padres en el desierto del pa s de Egipto, as me presentaré a juicio contra vosotros - oráculo del Se or Yahveh.


Si realizáis operaciones de compra y venta no os perjudiquéis unos a otros.


No os perjudiquéis los unos a los otros; tendrás temor de tu Dios, pues yo soy Yahveh, vuestro Dios.


aplastan en el polvo de la tierra la cabeza de los indigentes; tuercen el camino de los humildes; padre e hijo se llegan a la misma joven, profanando as mi santo nombre.


Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samar a, que oprim s a los indigentes, maltratáis a los pobres y dec ais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.


¡Ay de quienes traman injusticias, urden el mal en sus lechos y al clarear la ma ana lo ejecutan, porque está al alcance de sus manos.


Si codician campos, los roban; si casas, se apoderan de ellas. Hacen violencia al due o y a su casa, al hombre y a su propiedad.


Quienes devoran la carne de mi pueblo, desuellan la piel que los recubre, le rompen los huesos y los descuartizan como para la olla o como carne que se echa en la caldera,


¿tengo yo que soportar la casa del imp o, los tesoros de iniquidad y el indignante efá disminuido?


Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una vi a, la rodeó de una cerca, excavó en ella un lagar y construyó una torre; luego la arrendó a unos vi adores y se fue lejos de su tierra.


¡Y vosotros habéis afrentado al pobre! ¿No son los ricos los que os oprimen y os arrastran a los tribunales?


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