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Isaías 21:9 - Biblia Castilian 2003

9 Mirad que ya llegan hombres a caballo, parejas de jinetes'. Respondió y dijo: 'Cayó, cayó Babilonia, todas las estatuas de sus dioses yacen por tierra en pedazos'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Y ahora, por fin, ¡mire! ¡Ahí viene un hombre en un carro de guerra con un par de caballos!». Entonces el centinela dijo: «¡Ha caído Babilonia, ha caído! ¡Todos los ídolos de Babilonia yacen en el suelo, hechos pedazos!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pues bien, veo acercarse la caballería y a los jinetes, formados de dos en dos. Entonces me han hablado y me han dicho: 'Cayó, cayó Babilonia y todas las estatuas de sus dioses han rodado por el suelo hechas pedazos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡He aquí, vienen montados parejas de jinetes! Después habló y dijo: ¡Ha caído, ha caído Babilonia,° Y todos los ídolos de sus dioses se han hecho pedazos° por tierra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Mirad que ya llegan hombres a caballo, parejas de jinetes'. Respondió y dijo: 'Cayó, cayó Babilonia, todas las estatuas de sus dioses yacen por tierra en pedazos'.

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Isaías 21:9
22 Referans Kwoze  

Y será Babel - joya de los reinos, adorno soberbio de los caldeos - como la destrucción de Dios sobre Sodoma y Gomorra.


entonarás esta canción contra el rey de Babel y dirás: '¡Cómo ha acabado el opresor, ha acabado la violencia!'.


En cuanto a los dioses, todo desaparecerá.


Si ve caballer a, parejas de jinetes, cabalgando en jumentos, cabalgando en camellos, que preste atención, mucha atención'.


Siéntate en silencio y entra en la oscuridad hija de los caldeos, que ya no te llamarán soberana de reinos.


Te sobrevendrán las dos cosas de repente, en un solo d a; orfandad y viudez en toda su plenitud vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechicer as, a pesar de la potencia de tus muchos maleficios.


¡Reun os, todos vosotros, y escuchad! ¿Quién de ellos anunció estas cosas? Yahveh lo ama, él cumple su voluntad con Babilonia y con la estirpe de los caldeos.


Convocad frente a Babel arqueros, todos los que entesan el arco. Acampad frente a ella en derredor; que nadie escape. Pagadle de acuerdo con sus obras, de acuerdo con todo lo que hizo, haced con ella, porque se insolentó contra Yahveh, contra el Santo de Israel.


¡Espada sobre sus aguas, para secarlas! Porque es un pa s de dolos, y por los fetiches se vuelven locos.


Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babel.


Porque mirad: yo mismo suscito y hago subir contra Babel una alianza de poderosos pueblos del pa s del norte, que se alinearán frente a ella y por all será tomada. Sus flechas, como las de guerrero experto, ninguna falla el blanco.


Izad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, convocadlas para la guerra santa contra ella, convocad contra ella a los reinos - Ararat, Minn y Asquenaz -, nombrad contra ella reclutadores, lanzad caballos como hirsutas langostas.


Visitaré a Bel en Babel y le sacaré de la boca lo que traga. Nunca más afluirán a él las naciones, hasta la muralla de Babilonia se desploma.


Por eso, mirad que vienen d as en que castigaré a los dolos de Babel. Todo su pa s estará abochornado, y en medio de él yacerán todos sus muertos.


Por eso, mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que castigaré a sus dolos y en todo su pa s habrá quejas de heridos.


diciendo: 'As se hundirá Babilonia, y no se levantará de la desgracia que voy a enviar sobre ella''. Aqu acaban las palabras de Jerem as.


Cayó de repente Babel y se rompió, gemid por ella; buscad bálsamo para su dolor, a ver si se cura.


Lo segu a otro ángel, el segundo, que dec a: 'Cayó, cayó Babilonia, la grande, la que dio a beber del vino de su lujurioso desenfreno a todas las naciones'.


Gritó con voz potente, diciendo: '¡Cayó, cayó Babilonia, la grande! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de esp ritus inmundos, en guarida de toda suerte de aves impuras y aborrecibles.


Un ángel poderoso levantó una piedra, como una gran rueda de molino, y la arrojó al mar, diciendo: 'Con este mismo mpetu será arrojada Babilonia, la gran ciudad; y no aparecerá nunca jamás.


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