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Isaías 17:8 - Biblia Castilian 2003

8 No mirará a los altares, hechura de sus manos, y no verá lo que hicieron sus dedos: las aserás y las estelas solares.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Ya no buscarán ayuda de sus ídolos ni rendirán culto a lo que hicieron con sus propias manos. Nunca más se inclinarán ante los postes dedicados a la diosa Asera ni rendirán culto en los santuarios paganos que construyeron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ya no se fijará más en lo que construyeron sus manos, ni contemplará lo que trabajaron sus dedos: los postes sagrados y los altares para el incienso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y no mirará los altares que sus propias manos construyeron, Ni mirará lo que hicieron sus dedos, Ni a los símbolos de Asera,° Ni a las imágenes del sol.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 No mirará a los altares, hechura de sus manos, y no verá lo que hicieron sus dedos: las aserás y las estelas solares.

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Isaías 17:8
29 Referans Kwoze  

Piden ellos auxilio, sin nadie que socorra, al Se or, pero él no les responde.


Edificó ciudades fortificadas en Judá, pues el pa s estaba en paz, y no hubo guerra contra él durante aquellos a os, porque Yahveh le hab a dado la paz.


Cuando todo esto hubo terminado, todos los israelitas que all se encontraban salieron por las ciudades de Judá y rompieron las estelas, derribaron las aserás y demolieron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjam n, y también por Efra n y Manasés, hasta acabar con ellos. Después, todos los israelitas regresaron, cada uno a su propiedad, a sus ciudades.


Demolieron en su presencia los altares de los baales, hizo pedazos los obeliscos solares que hab a encima de ellos y las aserás; rompió las imágenes esculpidas y las fundidas, las pulverizó y las esparció sobre los sepulcros de los que les hab an ofrecido sacrificios.


Por el contrario, derribad sus altares, romped sus estelas y talad sus bosques sagrados.


S, os avergonzaréis de los terebintos que habéis apreciado, sentiréis bochorno por los jardines que habéis elegido.


Y sucederá en aquel d a: el resto de Israel y el residuo de la casa de Jacob no volverá ya a apoyarse en quien le golpea, pues se apoyarán de verdad en Yahveh, el Santo de Israel.


Aquel d a serán abandonadas tus ciudades, como las abandonadas por jiveos y amorreos ante los hijos de Israel, y serán un desierto.


Su pa s está lleno de dioses: adoran la obra de sus manos, lo que hicieron sus dedos.


As, con esto será expiada la culpa de Jacob, y éste será todo el fruto: quitarle su pecado; que deje todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, que no queden en pie ni aserás ni estelas.


Tendrás por impuros tus dolos chapados de plata; tirarás como basura tus esculturas recubiertas de oro. ¡Fuera! - les dirás.


y han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no eran dioses, sino hechuras de manos de hombre, de madera y de piedra. Por eso los pudieron destruir.


Mirad: son nada todos ellos, son nulidad sus obras, viento y vac o sus estatuas.


Sirve a la gente de combustible, pues toma una parte y se calienta. También lo enciende y cuece pan. También hace un dios y lo adora, lo hace un dolo y lo venera.


Como a sus hijos, as recuerdan sus altares y sus aserás, junto al árbol frondoso, sobre las altas colinas


'Os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; os limpiaré de todas vuestras manchas y de todos vuestros dolos.


Volverán los que se sentaban a su sombra: cultivarán el trigo, florecerán como la vi a; serán tan afamados como el vino del L bano.


Efra n, ¿qué tiene ya que ver con los dolos? Yo lo escucho y lo protejo. Soy como un ciprés siempre verde; gracias a m se hallará fruto en ti.


Aniquilaré a hombres y animales, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar, haré que tropiecen los imp os. Voy a exterminar a los hombres de la superficie de la tierra - oráculo de Yahveh.


Aquel d a sucederá - oráculo de Yahveh Sebaot - que exterminaré del pa s los nombres de los dolos y ya no se les mencionará nunca más. Quitaré también del pa s los profetas y el esp ritu de impureza.


Por el contrario, as os comportaréis con ellas: demoleréis sus altares, romperéis sus estelas, talaréis sus bosques sagrados y prenderéis fuego a sus dolos.


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