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Isaías 1:4 - Biblia Castilian 2003

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, ralea de malhechores, hijos corrompidos! Abandonaron a Yahveh, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Qué nación tan pecadora, pueblo cargado con el peso de su culpa! Está lleno de gente malvada, hijos corruptos que han rechazado al Señor. Han despreciado al Santo de Israel y le han dado la espalda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yavé, han despreciado al Santo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, Generación° de perversos, hijos depravados! Abandonaron a YHVH, despreciaron al Santo de Israel y se volvieron atrás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, ralea de malhechores, hijos corrompidos! Abandonaron a Yahveh, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Isaías 1:4
69 Referans Kwoze  

Eran los habitantes de Sodoma en gran manera malos y pecadores ante Yahveh.


Abandonó a Yahveh, Dios de sus padres, y no siguió los caminos de Yahveh.


Cuando Roboán consolidó su reino y se hizo fuerte, abandonó la ley de Yahveh, y con él todo Israel.


Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh, enteramente como lo hab a hecho su padre Oz as, excepto que no entró en el santuario de Yahveh. Pero el pueblo segu a corrompiéndose.


Hemos obrado muy perversamente contra ti, porque no hemos guardado los mandamientos, los preceptos y las leyes que diste a Moisés, tu siervo.


En vuestro corazón perpetráis alevos a y en la tierra pesáis con vuestras manos el abuso.


y as quiero alabarte al son del arpa, por tu verdad, mi Dios; y quiero salmodiarte con la c tara, oh santo de Israel.


¡Cuántas veces le fueron rebeldes en la estepa, le apenaron en la vasta soledad,


para volver siempre de nuevo a provocarle, a contristar al Santo de Israel!


Como sus padres, cedieron, traicionaron, como el arco que falla, se volvieron.


As no serán como sus padres, gente rebelde y sediciosa, raza sin ánimo seguro y de esp ritu infiel ante su Dios.


Tú eres, en efecto, la gloria de su fuerza y por tu amor levantas nuestra frente.


Entonces dijo Yahveh a Moisés: 'Anda, baja. Porque tu pueblo, el que yo saqué del pa s de Egipto, se ha pervertido.


Tus pr ncipes son rebeldes, comparsas de ladrones, cada cual ama el soborno, anda a la caza de regalos. No defienden al huérfano, la causa de la viuda no llega a ellos.


¡Ruina sobre rebeldes y pecadores a la vez! Los que abandonaron a Yahveh perecerán.


Contra una nación imp a la env o, contra el pueblo de mi enojo la mando, para despojar el despojo, para saquear el saqueo, para hollarlo como barro de las calles.


Exulta y grita jubilosa, población de Sión; que es grande en medio de ti el Santo de Israel'.


tú no tendrás sepultura junto a ellos, porque has destruido tu pa s, has degollado a tu pueblo. No se nombrará nunca más la ralea de los malvados.


Continuarán los humildes teniendo alegr a en Yahveh, y los indigentes en el Santo de Israel gozarán,


Jerusalén tropieza y Judá se derrumba: porque su lengua y sus obras van contra Yahveh, desafiando su mirada gloriosa.


¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Yahveh -, que hacen un plan pero no de mi parte, que firman un pacto pero no de mi agrado, a adiendo as pecado a pecado!


Que as dice el Se or Yahveh, el Santo de Israel: 'En la conversión y en la calma seréis salvados; en la quietud y en la confianza estará vuestra fuerza'. Pero no quisisteis,


Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren o r la ley de Yahveh;


También él es sabio para traer desgracias, y no ha revocado sus palabras. Se alzará contra la casa de los malvados, contra la ayuda de los malhechores.


¿A quién has escarnecido y ultrajado? ¿Contra quién elevaste la voz y alzaste, insolente, los ojos? ¡Contra el Santo de Israel!


No temas, gusanillo de Jacob, larva de Israel. 'Yo te ayudo', dice Yahveh; tu redentor es el Santo de Israel.


Las aventarás, y el viento se las llevará, las dispersará el huracán; y tú te alegrarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás.


para que vean y conozcan, adviertan y comprendan a la vez que la mano de Yahveh hace esto y el Santo de Israel lo crea.


Y dicen: '¡Que acelere, que apresure su obra para que la veamos; que se acerque y llegue el plan del Santo de Israel para que lo conozcamos!'.


Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su ra z se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desde aron la palabra del Santo de Israel.


Por su pecado de avaricia me enojé, lo her, escondiéndome, enojado; él segu a obstinado su camino preferido;


A m me están buscando d a tras d a y desean conocer mis caminos, cual si fuera gente que practica la justicia y que no abandona el derecho de su Dios. Me piden decisiones justas y desean la cercan a de Dios:


Pero a vosotros, los que abandonáis a Yahveh, los que olvidáis mi santa monta a, los que preparáis una mesa a la Fortuna, los que lleváis vino aromático al Destino,


un pueblo que me ofende constantemente en mi propia cara, que sacrifican en los jardines, y queman incienso sobre los ladrillos,


Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.


Tú me rechazaste - oráculo de Yahveh -, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destru; estoy cansado de compadecerme.


pues dos males hizo mi pueblo: me abandonaron a m, fuente de aguas vivas, y se excavaron cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.


¿No eres tú la culpable, por haber abandonado a Yahveh, tu Dios, cuando te conduc a por el camino?


Tu propia maldad te castiga, tus apostas as te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -.


¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.


¡Qué bien te las arreglas para buscar amor! Por eso hasta lo peor de los males has dirigido tus pasos.


As dice Yahveh: '¿Qué culpa hallaron vuestros padres en m para que de m se alejaran y caminaran tras la nada, y en nada se convirtieran?'.


por todo lo malo que los hijos de Israel y los hijos de Judá han hecho para ofenderme, ellos, sus reyes, sus pr ncipes, sus sacerdotes y sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.


Convocad frente a Babel arqueros, todos los que entesan el arco. Acampad frente a ella en derredor; que nadie escape. Pagadle de acuerdo con sus obras, de acuerdo con todo lo que hizo, haced con ella, porque se insolentó contra Yahveh, contra el Santo de Israel.


(5b) porque su pa s está lleno de culpa ante el Santo de Israel. (5a) Pues Israel y Judá no están viudas de su Dios, Yahveh Sebaot'.


¿Es a m a quien ofenden? - aráculo de Yahveh -. ¿No es más bien a s mismos, para su propia vergüenza?


pero no me han escuchado ni aplicado su o do, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.


para atacar a la casa de Israel en su propio corazón, puesto que se han alejado de m todos ellos por causa de sus dolos''.


A la prostituta se le da un regalo; tú, en cambio, dabas tus regalos a todos tus amantes y los obsequiabas para que vinieran de todas partes y accedieran a tus prostituciones.


Eres la hija de tu madre, que aborreció a su marido y a sus hijos; eres la hermana de tus hermanas, que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre fue hitita y vuestro padre amorreo.


Todo Israel transgredió la ley y se desvió, sin querer escuchar tu voz. Por eso cayeron sobre nosotros las maldiciones y las imprecaciones escritas en la ley de Moisés siervo de Dios, porque pecamos contra Él.


a los que se apartan de Yahveh, a los que no lo buscan ni van a su encuentro.


Y ahora, vosotros ocupáis el lugar de vuestros padres, reto o de hombres pecadores, para atizar todav a más el fuego de la cólera de Yahveh contra Israel.


Venid a m todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso.


¡Serpientes, raza de v boras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna?


Pero al ver que ven an a bautizarse muchos fariseos y saduceos, les dijo: 'Raza de v boras, ¿quién os ha ense ado a huir del inminente castigo?


Pues el anhelo de la carne es enemistad para con Dios, ya que no se somete a la ley de Dios y ni tan siquiera tiene capacidad para ello;


¿O es que vamos a provocar a celos al Se or? ¿Somos acaso más fuertes que Él?


porque se fueron a servir a otros dioses y se postraron ante ellos, dioses que no conoc an ni él les hab a dado en suerte.


Entonces Yahveh dijo a Moisés: 'Mira, vas a reunirte con tus padres. Y este pueblo irá a prostituirse tras los dioses de la tierra extranjera en la que va a entrar; me abandonará y romperá la alianza que he concluido con él.


Yahveh lo ha visto, y ha rechazado, lleno de ira, a sus hijos y a sus hijas.


Mal se portaron con él los hijos que ahora son tara indigna, generación perversa y tortuosa.


Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, y voy completando en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo en favor de su cuerpo, que es la Iglesia,


Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades.


Clamaron entonces los israelitas a Yahveh, diciendo: 'Hemos pecado contra ti, porque hemos abandonado a nuestro Dios y hemos servido a los baales'.


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