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Isaías 1:2 - Biblia Castilian 2003

2 Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra m.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¡Escuchen, oh cielos! ¡Presta atención, oh tierra! Esto dice el Señor: «Los hijos que crie y cuidé se han rebelado contra mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Cielos y tierra, oigan! Escuchen la queja de Yavé: 'Crié hijos hasta hacerlos hombres, pero se rebelaron contra mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oíd, cielos, y tú, tierra, escucha, que habla YHVH! Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra mí.

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Isaías 1:2
37 Referans Kwoze  

Abandonó a Yahveh, Dios de sus padres, y no siguió los caminos de Yahveh.


Del director. De los hijos de Coré. Salmo.


Convoca desde lo alto a los cielos y la tierra, para juzgar a su pueblo:


¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Yahveh -, que hacen un plan pero no de mi parte, que firman un pacto pero no de mi agrado, a adiendo as pecado a pecado!


Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren o r la ley de Yahveh;


Volved desde lo profundo a aquel contra quien os habéis rebelado, hijos de Israel.


Naciones, acercaos a escuchar, pueblos, prestad atención; escuche la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y cuanto produce:


Porque tú eres nuestro padre; Abrahán no sabe de nosotros, ni Israel nos reconoce. Tú, Yahveh, eres nuestro padre; tu nombre desde siempre 'Nuestro redentor'.


Tiendo todo el d a mis manos a un pueblo rebelde y terco, que va por mal camino, en pos de sus pensamientos;


Escuchad y atended: no seáis altivos, que habla Yahveh.


¡Tierra, tierra, tierra: escucha la palabra de Yahveh! As dice Yahveh: 'Inscribid a este hombre como sin hijos, como hombre que en sus d as no ha de prosperar; pues nadie de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni reinar jamás en Judá'.


Convert os, hijos rebeldes, curaré vuestras rebeld as. Aqu estamos: venimos a ti; pues tú, Yahveh, eres nuestro Dios.


Vienen con llanto y los gu o con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efra n es mi primogénito'.


Escucha, tierra: Mirad que estoy trayendo una desgracia sobre este pueblo, fruto de sus proyectos, porque no escucharon mis palabras y despreciaron mi ley.


'Propondrás, pues, una parábola a la casa de Israel y les dirás: as dice el Se or Yahveh: 'Arrima la olla al fuego, arr mala y échale agua también.


por eso, o d, monta as de Israel, la palabra del Se or Yahveh: 'As dice el Se or Yahveh a las monta as y a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que son presa y burla de las demás naciones que os rodean'.


Escuchad estas palabras que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que saqué de la tierra de Egipto.


Palabra de Yahveh que le fue dirigida a Miqueas de Moréset en tiempos de Jotán, Ajaz y Ezequ as, reyes de Judá. Lo que vio con respecto a Samar a y a Jerusalén.


¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende, tierra, y cuanto contienes! Sea testigo el Se or Yahveh contra vosotros, el Se or desde su santo templo.


Yo, en cambio, estoy lleno de la fuerza del esp ritu de Yahveh, de justicia y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebeld a y a Israel su pecado.


El hijo honra a su padre, y el siervo a su se or. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy se or, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros dec s: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.


Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y o do'.


Y has visto cómo en el desierto Yahveh, tu Dios, te ha llevado como un hombre lleva a su hijo, a lo largo de todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar'.


Llamo hoy por testigos contra vosotros al cielo y tierra de que te pongo delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia,


O d, cielos, que voy a hablar yo; y tú, tierra, escucha las palabras de mi boca.


yo pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra de que desapareceréis rápidamente de la tierra por cuya posesión vais a pasar el Jordán, y no se prolongarán en ella vuestros d as, porque seréis enteramente destruidos.


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