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Isaías 1:15 - Biblia Castilian 2003

15 Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:

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Biblia Reina Valera 1960

15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Cuando levanten las manos para orar, no miraré; aunque hagan muchas oraciones, no escucharé, porque tienen las manos cubiertas con la sangre de víctimas inocentes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Cuando extendáis vuestras manos, Esconderé de vosotros mi rostro, Y aunque multipliquéis vuestras oraciones, no escucharé, Porque vuestras manos están llenas de sangre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:

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Isaías 1:15
36 Referans Kwoze  

Luego Salomón se puso ante el altar de Yahveh, en presencia de toda la asamblea de Israel, y levantando sus manos extendidas al cielo,


Cuando Salomón terminó de dirigir a Yahveh esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Yahveh, donde hab a estado arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo,


A la hora del sacrificio de la tarde, sal de mi abatimiento y, con mis vestidos y manto rasgados, ca de rodillas, extend las manos hacia Yahveh, mi Dios,


Terrores lo asaltan de d a, un torbellino lo arrebata de noche.


¡Necio es pensar que Dios no oye, que Sadday no se da cuenta!


levantad las manos hacia el santuario, bendecid al Se or.


Del director. Con instrumentos de cuerda. Maskil. De David.


De haberme complacido yo en el mal, no me hubiera prestado atención;


Respondió Moisés: 'Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos a Yahveh, cesarán los truenos, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Yahveh.


Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán, pero no me encontrarán.


ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que vierten sangre inocente,


Cuando el Se or haya lavado la mancha de las hijas de Sión y limpiado la sangre dentro de Jerusalén con viento de juicio y con viento abrasador,


Cierto, tú eres un Dios que se esconde, Dios de Israel, salvador.


Mirad: ayunáis para contienda y altercado y para pegar furibundos pu etazos. No ayunéis como ahora, para que se oigan altas vuestras voces.


¿No lo es: repartir con el hambriento tu pan y que lleves a casa a los pobres vagabundos; que si ves a un desnudo lo cubras, y que no te hurtes de los de tu raza?


Pero ahora, Yahveh, tú eres nuestro padre. Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero, obra de tus manos todos nosotros.


Aguardaré a Yahveh, que oculta su rostro a la casa de Jacob, y en él esperaré.


Por eso, as dice Yahveh: mirad: voy a traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar, y entonces clamarán a m, pero no los escucharé.


Aunque ayunen, no escucho su clamor; aunque ofrezcan holocausto y oblación, no los quiero, sino que voy a acabar con ellos por medio de la espada, del hambre y de la peste'.


Oigo un grito como de parturienta, angustia como de primeriza: es la voz de la hija de Sión que se ahoga, que extiende sus manos: '¡Ay de m, pues desfallece mi vida ante los asesinos!'.


Habéis multiplicado vuestras v ctimas en esta ciudad y habéis llenado sus calles de v ctimas.


'Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus dolos en su propio corazón y han puesto delante de s mismos la ocasión de su pecado. ¿Permitiré que me consulten?


Las naciones sabrán que la casa de Israel fue deportada por su iniquidad, puesto que me fueron infieles y, en consecuencia, les oculté mi rostro, los entregué en mano de sus enemigos y cayeron todos ellos a espada.


Con sus ovejas y sus vacas irán en busca de Yahveh, pero no lo encontrarán: se apartó de ellos.


clamarán a Yahveh, y no les responderá; les ocultará su rostro entonces, por los cr menes que cometieron.


'Cuando les llamé, no escucharon. Por tanto, cuando ellos llamen, yo no los escucharé.


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Pues ni vosotros entráis ni a los que están entrando les dejáis entrar.


Cuando oréis, no ensartéis palabras y palabras, como los gentiles, porque se imaginan que a fuerza de palabras van a ser o dos.


Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; sino que al hombre temeroso de Dios y cumplidor de su voluntad, a ése es a quien escucha.


Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar levantando sus manos piadosas, sin ira ni altercados.


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