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Hechos 8:2 - Biblia Castilian 2003

2 Hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran luto por él.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 (Con profundo dolor, unos hombres consagrados enterraron a Esteban).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron un gran duelo por él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y unos varones piadosos sepultaron a Esteban, e hicieron gran llanto por él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran luto por él.

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Hechos 8:2
19 Referans Kwoze  

Murió Sara en Quiriat Arbá, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán; y Abrahán vino a hacer duelo por Sara y a llorar por ella.


Y con él subieron también carros y jinetes, formando un cortejo muy considerable.


Dijo luego David a Joab y a toda la gente que con él estaba: 'Rasgad vuestras vestiduras y ce os de saco en se al de duelo por Abner'. Y el mismo rey David fue andando detrás del féretro.


Descansó Ezequ as con sus padres y fue sepultado en la subida que hay camino de las tumbas de los hijos de David. A su muerte, todos los de Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron honores. Reinó en su lugar su hijo Manasés.


Jerem as compuso una eleg a por Jos as; y todos los cantores y cantoras cantan todav a hoy sus eleg as por Jos as, de lo cual se ha hecho costumbre fija en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones.


No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el pa s en que nació.


Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: '¡Ay, hermano m o!', o: '¡Ay, hermana m a!'. No se lamentarán por él: '¡Ay, Se or!', o: '¡Ay su majestad!'.


Cuando toda la comunidad vio que Aarón hab a muerto, toda la casa de Israel hizo duelo por Aarón durante treinta d as.


Cuando los disc pulos de Juan lo supieron fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.


Viv a por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Esp ritu Santo resid a en él.


piadoso y temeroso de Dios, él y toda su familia, que hac a muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios continuamente.


Paraban entonces en Jerusalén jud os devotos procedentes de todos los pa ses que hay bajo el cielo.


Saulo estaba de acuerdo con aquella muerte. Comenzó aquel d a una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén y todos se dispersaron por los lugares de Judea y de Samar a, a excepción de los apóstoles.


Saulo, por su parte, devastaba la Iglesia: entraba de casa en casa, apresaba hombres y mujeres y los met a en la cárcel.


Los israelitas lloraron a Moisés en las estepas de Moab durante treinta d as, hasta que se cumplieron los d as de llanto por el duelo de Moisés.


Samuel hab a muerto, y todo Israel hab a hecho duelo por él. Fue sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl, por su parte, hab a extirpado del pa s a los nigromantes y adivinos.


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