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Hechos 26:7 - Biblia Castilian 2003

7 a la cual esperan llegar nuestras doce tribus, sirviéndole continuamente noche y d a. Por razón de esta esperanza soy acusado de los jud os, oh rey.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 De hecho, esta es la razón por la cual las doce tribus de Israel adoran a Dios con celo día y noche, y participan de la misma esperanza que yo tengo. Aun así, su majestad, ¡ellos me acusan por tener esta esperanza!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 de hecho, el culto perpetuo que nuestras doce tribus rinden a Dios noche y día no tiene otro propósito que el de alcanzar esta promesa. Por esta esperanza, oh rey, me acusan los judíos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 a la cual esperan llegar nuestras doce tribus, sirviendo° con fervor noche y día. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 a la cual esperan llegar nuestras doce tribus, sirviéndole continuamente noche y día. Por razón de esta esperanza soy acusado de los judíos, oh rey.

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Hechos 26:7
19 Referans Kwoze  

Sacrificaron en la dedicación de este templo de Dios cien novillos, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de Israel, doce machos cabr os, conforme al número de las tribus de Israel.


los que regresaban del cautiverio, los desterrados, ofrecieron como holocaustos al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, además de doce machos cabr os como sacrificio por el pecado. Todo, en holocausto a Yahveh.


los que estáis en la casa del Se or, en los atrios de la mansión de nuestro Dios.


Jesús les contestó: 'Os lo aseguro: cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, en la regeneración, vosotros los que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.


Viv a por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Esp ritu Santo resid a en él.


a fin de que, en mi reino, comáis y bebáis a mi mesa y estéis sentados sobre tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.


As, pues, vigilad, recordando que, a lo largo de tres a os, ni de noche ni de d a cesé de aconsejar con lágrimas a cada uno en particular.


y teniendo en Dios la esperanza que ellos mismos tienen: que ha de haber resurrección de justos y pecadores.


'Me considero feliz, rey Agripa, al comenzar a defenderme hoy, delante de ti, de todas esas cosas de que me acusan los jud os,


y más siendo como eres conocedor de todas las costumbres y controversias que entre los jud os hay. Por ello te ruego que me escuches pacientemente.


Por esta causa he pedido veros y hablaros. Porque por la esperanza de Israel llevo yo esta cadena'.


por si de alguna manera consigo llegar a la resurrección de entre los muertos.


Noche y d a pedimos insistentemente poder volver a ver vuestro rostro y completar las deficiencias de vuestra fe.


La viuda de verdad, la que no tiene amparo, pone su esperanza en Dios y se dedica a las súplicas y oraciones, d a y noche.


Santiago, siervo de Dios y del Se or Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.


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