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Hechos 24:5 - Biblia Castilian 2003

5 Hemos descubierto que éste es un hombre pest fero y promotor de tumultos entre todos los jud os dispersos por el mundo, como cabecilla de la secta de los nazarenos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Hemos descubierto que este hombre es un alborotador que constantemente provoca disturbios entre los judíos por todo el mundo. Es un cabecilla de la secta conocida como “los nazarenos”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Nos consta que este hombre es peor que la peste, crea divisiones entre los judíos de todo el mundo y es un dirigente de la secta de los Nazarenos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque hemos° hallado que este hombre es una peste que promueve altercados entre los judíos por todo el mundo, siendo además cabecilla de la secta de los nazarenos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Hemos descubierto que éste es un hombre pestífero y promotor de tumultos entre todos los judíos dispersos por el mundo, como cabecilla de la secta de los nazarenos.

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Hechos 24:5
32 Referans Kwoze  

Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.


Al llegar a la puerta de Benjam n, se encontró all con un jefe de la guardia, llamado Yir as, hijo de Selem as, hijo de Janan as, que prendió al profeta Jerem as, exclamando: '¡Conque te pasas a los caldeos!'.


Los jefes dijeron al rey: 'Hay que matar a este hombre, porque de este modo debilita las manos de los combatientes que quedan en esta ciudad y las manos de toda la población, diciéndoles semejantes cosas. Es claro que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal'.


Entonces Amas as, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboán, rey de Israel: 'Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el pa s no puede soportar más sus palabras.


Ya es bastante que el disc pulo llegue a ser como su maestro, y el esclavo como su se or. Si al se or de la casa lo han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a los que viven con él!


y se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret. Se cumplió as lo anunciado por los profetas: que ser a llamado Nazareno.


'¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Yo sé bien quién eres: ¡el Santo de Dios!'.


A éste lo hab an metido en la cárcel por un mot n ocurrido en la ciudad y por homicidio.


Y comenzaron a acusarlo: 'Hemos encontrado a este hombre, que pervierte a nuestro pueblo prohibiendo pagar los tributos al César y diciendo que él es Cristo rey'.


Puso en libertad al que reclamaban, al que hab a sido encarcelado por mot n y homicidio, y a Jesús lo entregó a su arbitrio.


Pero ellos insist an con más ah nco: 'Está amotinando al pueblo con lo que ense a por toda Judea, desde que comenzó por Galilea hasta llegar aqu '.


Pero surgieron algunos de la secta de los fariseos, que hab an abrazado la fe, los cuales dec an que era necesario circuncidarlos y mandarles guardar la ley de Moisés.


gritando: 'Hombres de Israel, ayudadnos. Éste es el hombre que anda ense ando a todos y en todas partes contra el pueblo y la ley y este lugar, hasta el extremo de haber introducido griegos en el templo y profanado este lugar santo'.


Le escucharon hasta esta palabra. Pero en este punto levantaron la voz, diciendo: '¡Quita del mundo a este tipo, que no merece vivir!'.


Una cosa s te confieso: que sirvo al Dios de mis padres según el Camino que llaman secta, creyendo todo lo que está de acuerdo con la ley y escrito en los profetas,


Mas, para no cansarte demasiado, te ruego nos escuches brevemente con tu probada clemencia.


Llegado éste, le rodearon los jud os que hab an bajado de Jerusalén y aduc an muchas graves acusaciones que no lograban probar,


Ellos saben, si as lo quieren reconocer, que desde antiguo viv como fariseo según la secta más estricta de nuestra religión.


Sólo deseamos o r de tus labios lo que sientes. Porque lo que sabemos de esta secta es que en todas partes se la contradice'.


Entonces el sumo sacerdote y todos los suyos, los de la secta de los saduceos, se llenaron de ira,


Presentaron testigos falsos que afirmaron: 'Este hombre no cesa de proferir dicterios contra este lugar santo y contra la ley;


La verdad es que conviene que haya escisiones para que as se descubra quiénes de entre vosotros son de probada virtud.


si nos calumnian, respondemos con bondad. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo, como desecho de todos.


Es digno de alabanza quien, con la conciencia de que Dios lo quiere, soporta penas y padecimientos injustos.


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