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Hechos 24:25 - Biblia Castilian 2003

25 Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Al razonar Pablo con ellos acerca de la justicia, el control propio y el día de juicio que vendrá, Félix se llenó de miedo. «Vete por ahora —le dijo—. Cuando sea más conveniente, volveré a llamarte».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Pero cuando habló de la justicia, del dominio de los instintos y del juicio futuro, Félix se asustó y le dijo: 'Por ahora puedes irte; te llamaré en otra oportunidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero al disertar él sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix se llenó de temor y le dijo: ¡Vete por ahora! Cuando tenga un tiempo conveniente, te enviaré a llamar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.

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Hechos 24:25
99 Referans Kwoze  

Ha dicho el Dios de Israel, la roca de Israel me ha hablado: 'Quien gobierna a los hombres con justicia, quien gobierna en el temor de Dios,


Al o r Ajab todas estas palabras, rasgó sus vestiduras, se puso un saco sobre la carne y ayunó. Se acostaba con el saco puesto y andaba abatido.


'Por haberse conmovido tu corazón y por haberte humillado tú ante Yahveh al o r lo que he pronunciado contra este lugar y sus habitantes, que se han de convertir en objeto de desolación y maldición, y por haber rasgado tus vestiduras y llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!


Hagamos ahora mismo un pacto con nuestro Dios, obligándonos a despedir a todas esas mujeres y a los nacidos de ellas, conforme al consejo de mi se or y de los que temen los mandamientos de nuestro Dios. ¡Hágase conforme a la ley!


Todos los hombres de Judá y de Benjam n se reunieron en Jerusalén en el plazo de los tres d as. Era el d a veinte del mes noveno. Todo el pueblo se congregó en la plaza del templo de Dios, y estaba temblando tanto por el asunto en s como a causa de la intensa lluvia.


Me vest de justicia como con un vestido, ten a la equidad por manto y turbante.


En verdad, Yahveh es justo y amante de lo recto: los perfectos disfrutarán de su presencia.


Ante ti de pavor mi carne se estremece y temo tus juicios.


Tu trono, cual de Dios, es eterno, para siempre y tu cetro real es un cetro justiciero.


a fin de que gobierne tu pueblo en equidad y a tus humildes rectamente.


Reina el Se or, los pueblos se conmueven, está sentado sobre querubines, la tierra se estremece.


Los reyes abominan las malas acciones, pues el trono se apoya en la justicia.


Alégrate, joven, en tu adolescencia y vive feliz en los d as de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y da placer a tus ojos. Pero sábete que por todo ello Dios te llamará a juicio.


Porque Dios juzgará todas las acciones, todo lo que está oculto, sea bueno o malo.


El fruto de la tierra es para todos: hasta el rey está al servicio del campo.


Venid, pues, y discutamos, - dice Yahveh -: si son vuestros pecados como la grana, blanquearán como la nieve; si son rojos como el carm n, se volverán como la lana.


¡Ay, cómo se volvió prostituta la Villa Fiel! Estaba repleta de derecho, en ella se albergaba la justicia; pero ahora, asesinos.


Se fundará un trono de gracia, y se sentará en él con lealtad, en la tienda de David, un juez y buscador del derecho, un experto en la justicia.


Estremeceos las descuidadas, temblad las confiadas, despojaos, desnudaos; ce os las caderas;


Presentad vuestro pleito, dice Yahveh; aducid vuestras pruebas, dice el rey de Jacob.


Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, invocadlo cuando está cerca.


Pues yo, Yahveh, amo el derecho, odio el robo con injusticia; les daré de verdad su recompensa y sellaré con ellos alianza eterna.


Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son m as - dice Yahveh -. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.


As dice Yahveh: practicad el derecho y la justicia, liberad al oprimido de la mano del opresor, no molestéis ni oprimáis al forastero, al huérfano ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.


¿No es como fuego mi palabra - oráculo de Yahveh -, y como martillo que tritura la piedra?


Cuando oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros asustados y dijeron a Baruc: 'Daremos cuenta exacta al rey de todas estas cosas'.


'As dice el Se or Yahveh: ¡basta ya, pr ncipes de Israel! Apartaos de la violencia y la opresión; practicad el derecho y la justicia; acabad de una vez con las extorsiones que hacéis a mi pueblo - oráculo del Se or Yahveh.


Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: éstos, para la vida eterna, aquéllos, para el oprobio, para el horror eterno.


el rey dijo: '¿No es ésta la gran Babilonia que yo he construido para residencia real con el poder de mi fuerza y para gloria de mi majestad?'.


Aquella misma noche fue asesinado Baltasar, rey de los caldeos.


Sembrad en justicia, cosechad en amor; roturad el barbecho, pues es tiempo de buscar a Yahveh, hasta que venga y os ense e la justicia.


Hablan por hablar, juran en falso, pactan alianzas, y as el derecho brota como planta venenosa en los surcos del campo. El becerro de Betel será destruido


En la fiesta de nuestro rey con el calor del vino los pr ncipes tienden la mano a los agitadores.


Corra el derecho como el agua, y la justicia como torrente inagotable.


¿Galopan los caballos por la roca o se ara con bueyes el mar? Pues vosotros cambiáis el derecho en veneno, y el fruto de la justicia en ajenjo.


Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.


As habla Yahveh Sebaot: este pueblo dice: 'No ha llegado aún el tiempo de reedificar el templo de Yahveh'.


Pero ellos no hicieron caso y se fueron el uno a su campo, el otro a sus negocios;


Y cuando él venga, aportará al mundo las pruebas de pecado, de justicia y de condena:


Nos ordenó predicar al pueblo y dar testimonio de que él es el constituido por Dios juez de vivos y muertos.


Cuando los jud os de Tesalónica se enteraron de que también en Berea anunciaba Pablo la palabra de Dios, fueron allá, para agitar y sublevar a la gente.


Según su costumbre, Pablo entró all y, por tres sábados, dialogó con ellos a partir de las Escrituras,


Al o r 'resurrección de los muertos' unos se re an, y otros dijeron: 'Te oiremos hablar de esto en otra ocasión'.


Al o r esto, se dolieron de corazón y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué tendr amos que hacer, hermanos?'.


y teniendo en Dios la esperanza que ellos mismos tienen: que ha de haber resurrección de justos y pecadores.


Esperaba, por otra parte, que Pablo le dar a dinero. Y, por ello, con frecuencia lo mandaba llamar para conversar con él.


Respondió Agripa a Pablo: 'Por poco me convences de que me haga cristiano'.


Pero levántate, entra en la ciudad y te dirán lo que has de hacer'.


Por lo tanto, os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestras propias personas como v ctima viva, santa, agradable a Dios; sea éste vuestro culto espiritual.


Por consiguiente, cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de s mismo.


As se verá el d a en que, según mi evangelio, Dios juzgue las interioridades de los hombres por medio de Cristo Jesús.


As, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Se or. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.


Todos nosotros tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo merecido de todo lo que hizo mientras vivió en el cuerpo: bueno o malo.


Pues dice: En el momento favorable te atend y en d a saludable te presté ayuda. Ahora es el tiempo favorable; ahora es el d a de salvación.


Pero la Escritura lo encerró todo bajo el pecado, para que se les diera a los creyentes la promesa por la fe en Cristo Jesús.


mansedumbre, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.


Te conjuro, en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, en nombre de su venida y de su reino:


sino al contrario: hospitalario, amigo del bien, ponderado, justo, piadoso, due o de s mismo,


Y era tan terrible aquel espectáculo que el mismo Moisés llegó a exclamar: Estoy aterrorizado y temblando de miedo.


por el contrario, animaos mutuamente cada d a, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el enga o del pecado.


As, pues, temamos, no sea que, aun quedando en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, alguno de vosotros se encuentre con que ha llegado tarde.


ense anzas sobre abluciones, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio final.


Y as como es destino de los hombres morir una sola vez y, tras de esto, el juicio,


¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios creen y tiemblan.


Antes bien, en vuestro corazón, tened por santo al Se or, a Cristo, siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razón de vuestra esperanza;


al conocimiento la templanza, a la templanza la constancia, a la constancia la piedad,


En esto se dan a conocer los hijos de Dios y los hijos del diablo: quien no hace justicia, no es de Dios, y tampoco lo es quien no ama a su hermano.


Hijitos, que nadie os extrav e. El que practica la justicia es justo, como justo es él.


Ahora, pues, compareced para que yo formule un litigio con vosotros ante Yahveh acerca de todos los beneficios que Yahveh os ha concedido a vosotros y a vuestros padres.


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