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Hechos 21:3 - Biblia Castilian 2003

3 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave ten a que descargar su mercanc a.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Divisamos la isla de Chipre, la pasamos por nuestra izquierda y llegamos al puerto de Tiro, en Siria, donde el barco tenía que descargar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Divisamos la isla de Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos rumbo a Siria. Atracamos en Tiro, pues el barco debía dejar su carga en aquel puerto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Al avistar Chipre, dejándola a babor, navegábamos hacia Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco tenía que descargar allí la mercancía.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave tenía que descargar su mercancía.

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Hechos 21:3
22 Referans Kwoze  

Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y as los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. As Yahveh conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.


Si se prendare el rey de tu hermosura, ya que él es tu se or, póstrate ante él.


'Yo cuento a Ráhab y a Babel entre los que me conocen; tirios y filisteos e incluso et opes han nacido all '.


Cuando a la casa de David se le informó, diciéndole: 'Aram acampa con Efra n', tembló su corazón y el corazón de su pueblo como tiemblan los árboles del bosque sacudidos por el viento.


'¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habr an convertido.


Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.


¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, sentados, cubiertos de cilicio y ceniza, se habr an convertido.


Este primer censo tuvo lugar siendo Quirinio gobernador de Siria.


Entre tanto, los que se hab an dispersado a partir de la persecución que sobrevino cuando lo de Esteban hab an llegado hasta Fenicia y Chipre y Antioqu a, aunque sólo predicaban la palabra a los jud os.


Estaba muy irritado contra los tirios y los sidonios. Éstos, de común acuerdo, se presentaron ante él. Y habiéndose ganado a un tal Blasto, maestro de cámara del rey, solicitaban la paz, dado que su región depend a económicamente de la casa real.


Ellos, pues, con esta misión del Esp ritu Santo, bajaron a Seleuc a y de all navegaron hacia Chipre.


que llevar an en mano el siguiente escrito: 'Los apóstoles y los hermanos ancianos, a los hermanos de Antioqu a, Siria y Cilicia, provenientes de la gentilidad: salud.


El desacuerdo llegó a tal extremo que se separaron. Bernabé se embarcó, con Marcos, en dirección a Chipre.


y atravesó Siria y Cilicia confirmando las iglesias.


Pablo se quedó all todav a bastante tiempo. Luego se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, acompa ado de Priscila y de Áquila. En Céncreas se rapó la cabeza, porque ten a hecho voto.


Vinieron también con nosotros algunos disc pulos de Cesarea que nos presentaron a un tal Mnasón, de Chipre, antiguo disc pulo, en cuya casa nos hospedar amos.


Encontramos una nave que hac a la traves a a Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la mar.


Acabada la traves a mar tima, desde Tiro llegamos a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y estuvimos un d a con ellos.


De all nos hicimos a la mar y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos eran contrarios.


As José, llamado por los apóstoles Bernabé (que significa 'Hijo de la consolación'), levita, natural de Chipre,


Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh y a servir a los baales y a las astartés, a los dioses de Aram y a los de Sidón, a los dioses de los moabitas y de los amonitas, y a los dioses de los filisteos. Abandonaron as a Yahveh, al que dejaron de dar culto.


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