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Hechos 20:9 - Biblia Castilian 2003

9 Un muchacho de nombre Eutiques estaba sentado sobre la ventana y se iba adormilando a medida que Pablo prolongaba su discurso, hasta que, vencido por el sue o, cayó desde el tercer piso abajo y lo recogieron ya muerto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como Pablo hablaba y hablaba, a un joven llamado Eutico, que estaba sentado en el borde de la ventana, le dio mucho sueño. Finalmente se quedó profundamente dormido y se cayó desde el tercer piso y murió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en el borde de la ventana, y como Pablo no terminaba de hablar, el sueño acabó por vencerle. Se durmió y se cayó desde el tercer piso al suelo. Lo recogieron muerto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y a cierto joven que estaba sentado en la ventana, llamado Eutico, lo iba dominando un sueño profundo mientras Pablo disertaba largamente, hasta que, rendido por el sueño, cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Un muchacho de nombre Eutiques estaba sentado sobre la ventana y se iba adormilando a medida que Pablo prolongaba su discurso, hasta que, vencido por el sueño, cayó desde el tercer piso abajo y lo recogieron ya muerto.

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Hechos 20:9
9 Referans Kwoze  

Le respondió El as: 'Dame a tu hijo'. Él lo tomó de su regazo, lo subió a la habitación superior donde se alojaba, lo acostó en su lecho


No sea que, viniendo de improviso, os encuentre dormidos.


Y gritando y agitándolo con muchas convulsiones, salió de él. El joven quedó como muerto, tanto que muchos dec an: 'Ya murió'.


Pero llegaron de Antioqu a e Iconio algunos jud os que persuadieron a la multitud y, después de apedrear a Pablo, lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo por muerto.


Bajó Pablo se echó sobre él y tomándolo en brazos dijo: 'No os preocupéis. Todav a alienta'.


Congregados el primer d a de la semana para partir el pan, Pablo, que ten a la intención de marchar al d a siguiente, se puso a hablarles, y alargó la plática hasta la media noche.


Hab a muchas lámparas en la estancia superior donde nos hallábamos reunidos.


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