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Hechos 17:16 - Biblia Castilian 2003

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se consum a su esp ritu en su interior al ver la ciudad repleta de dolos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se indignó profundamente al ver la gran cantidad de ídolos que había por toda la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu hervía viendo la ciudad plagada de ídolos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Mientras Pablo los esperaba° en Atenas, su espíritu estaba enardecido dentro de sí, al observar que la ciudad estaba° llena de ídolos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se consumía su espíritu en su interior al ver la ciudad repleta de ídolos.

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Hechos 17:16
20 Referans Kwoze  

Él respondió: 'He sentido vivo celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han demolido tus altares y han pasado a cuchillo a tus profetas. Sólo he quedado yo, y me buscan para quitarme la vida'.


Él respondió: 'He sentido vivo celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han demolido tus altares, y han pasado a cuchillo a tus profetas. Sólo he quedado yo, y me buscan para quitarme la vida'.


R os de agua descienden de mis ojos de que tu ley no sea observada.


Cuando veo traidores, me da tedio de que no guarden tu palabra.


el que sea yo un extra o a mis hermanos, un extranjero a los hijos de mi madre.


Pensé: 'No me acordaré más de él, no hablaré más en su nombre'. Pero hab a en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos; me esforzaba en contenerlo, pero no pod a.


Yo, en cambio, estoy lleno de la fuerza del esp ritu de Yahveh, de justicia y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebeld a y a Israel su pecado.


Y mirándolos en torno con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: 'Extiende la mano'. Él la extendió, y la mano se le quedó sana.


Estaba ya cercana la pascua de los jud os, y Jesús subió a Jerusalén.


Los que acompa aban a Pablo lo condujeron hasta Atenas y luego regresaron, con orden para Silas y Timoteo de que cuanto antes se reunieran con él.


Los atenienses todos y los forasteros residentes no ten an más ocupación que hablar o escuchar las últimas novedades.


Porque, al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he hallado incluso un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que sin conocer veneráis, es lo que os anuncio yo.


Después de esto, se marchó de Atenas y fue a Corinto.


Ahora, encadenado por el Esp ritu, voy camino de Jerusalén, sin saber lo que en ella me espera,


As, pues, no pudiendo resistir más, decidimos quedarnos solos en Atenas,


Y libró al justo Lot, abrumado por la conducta desenfrenada de aquellos imp os;


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