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Hechos 17:11 - Biblia Castilian 2003

11 Éstos eran de mejor condición que los de Tesalónica y recibieron con toda avidez la palabra, compulsando d a tras d a las Escrituras, para ver si era as.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Estos eran mejores que los de Tesalónica, y recibieron el mensaje con mucha disponibilidad. Diariamente examinaban las Escrituras para comprobar si las cosas eran así.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero éstos eran de mente más abierta que los que estaban en Tesalónica, y recibieron la palabra con buena disposición, examinando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Éstos eran de mejor condición que los de Tesalónica y recibieron con toda avidez la palabra, compulsando día tras día las Escrituras, para ver si era así.

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Hechos 17:11
34 Referans Kwoze  

he observado el mandato de sus labios, he guardado en mi pecho las palabras de su boca.


penetro más allá que los ancianos, por guardar tus preceptos.


mis ojos anticipan las vigilias, a fin de meditar en tu promesa.


¡Cómo quiero yo tu ley! Mem Ella es mi meditación de todo el d a.


Escuche el sabio y aumentará su saber; el inteligente ganará en habilidad,


Elegid la instrucción más que la plata y la ciencia más que el oro puro,


Dale al sabio, y será aún más sabio; ense a al justo, y aumentará su saber.


Investigad en el libro de Yahveh y leed; no falta ni uno de ellos, pues fue su boca quien lo ordenó y su esp ritu quien los juntó.


¡A la ense anza y al testimonio! Si no hablan de esta manera, no habrá aurora.


Yo te hab a plantado como cepa escogida, toda ella de semilla genuina. ¿Cómo, pues, para m te has cambiado en sarmientos silvestres de vi a bastarda?


Lo sembrado en tierra buena representa al que oye la palabra, la entiende y da fruto, en unos al ciento por uno, en otros al sesenta o al treinta'.


según nos los han transmitido los que fueron desde el principio testigos oculares y luego servidores de la palabra,


Danos cada d a nuestro pan cotidiano;


Pero Abrahán le replica: 'Ya tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen'.


Después les dijo: 'Éstas son las palabras que yo os dije cuando todav a estaba con vosotros: tiene que cumplirse todo lo que está escrito acerca de m en la ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos'.


Pero el que practica la verdad se acerca a la luz, y as queda manifiesto que sus obras están hechas en Dios.'


Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de m.


Al instante mandé a buscarte, y tú has tenido la amabilidad de venir. Aqu estamos ahora todos nosotros en presencia de Dios para escuchar todo lo que el Se or te haya ordenado'.


Oyeron los apóstoles y los hermanos que viv an en Judea que también los gentiles hab an recibido la palabra de Dios.


Pasaron por Anf polis y Apolonia y llegaron a Tesalónica, donde hab a una sinagoga de jud os.


Los que aceptaron su palabra se bautizaron. Y se les agregaron aquel d a cerca de tres mil personas.


Vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Se or, acogiendo la palabra con alegr a del Esp ritu en medio de tantas tribulaciones.


Por eso precisamente damos sin cesar gracias a Dios; porque cuando acogisteis la palabra de Dios que nosotros os anunciábamos, no la acogisteis como palabra humana, sino - como es en realidad - como palabra de Dios, que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.


y de toda especie de maldades, que seducirán a los que están en v as de perdición, por no haber acogido el amor de la verdad que los habr a salvado.


Por lo cual, despojándoos de toda impureza y de todo resto de maldad, recibid con mansedumbre la palabra plantada en vosotros, que es la que puede salvaros.


Apeteced, como ni os recién nacidos, la leche pura y verdadera, para crecer as hacia la salvación,


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