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Hechos 15:1 - Biblia Castilian 2003

1 Algunos que hab an bajado de Judea ense aban a los hermanos: 'Si no os circuncidáis según la costumbre de Moisés, no podréis salvaros'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando Pablo y Bernabé estaban en Antioquía de Siria, llegaron unos hombres de Judea y comenzaron a enseñarles a los creyentes: «A menos que se circunciden como exige la ley de Moisés, no podrán ser salvos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Llegaron algunos de Judea que aleccionaban a los hermanos con estas palabras: 'Ustedes no pueden salvarse, a no ser que se circunciden como lo manda Moisés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero algunos que habían bajado de Judea, decían a los hermanos: A menos que seáis circuncidados conforme al rito de Moisés,° no podéis ser salvos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Algunos que habían bajado de Judea enseñaban a los hermanos: 'Si no os circuncidáis según la costumbre de Moisés, no podréis salvaros'.

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Hechos 15:1
25 Referans Kwoze  

El d a octavo será circuncidada la carne del prepucio del ni o,


Pues bien: Moisés os ha dado la circuncisión - aunque no proviene de Moisés, sino de los patriarcas - y vosotros la practicáis también en sábado.


Uno de aquellos d as se levantó Pedro en medio de los hermanos - un grupo de unas ciento veinte personas personas en total - y dijo:


Les pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir entre ellos, para enviar a Antioqu a con Pablo y Bernabé, a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres principales entre los hermanos,


que llevar an en mano el siguiente escrito: 'Los apóstoles y los hermanos ancianos, a los hermanos de Antioqu a, Siria y Cilicia, provenientes de la gentilidad: salud.


Hemos o do que algunos de los nuestros, sin mandato nuestro, os han inquietado con sus palabras y han perturbado vuestro esp ritu.


Ellos, pues, provistos por la iglesia de lo necesario para el viaje, atravesaron Fenicia y Samar a, refiriendo la conversión de los gentiles y proporcionando una gran alegr a a todos los hermanos.


Por su parte, Judas y Silas, que también eran profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con un largo discurso.


Pero surgieron algunos de la secta de los fariseos, que hab an abrazado la fe, los cuales dec an que era necesario circuncidarlos y mandarles guardar la ley de Moisés.


Ellos, al o rle, glorificaban a Dios, y le dijeron: 'Ya ves, hermano, cuántos miles de creyentes hay entre los jud os, y todos ellos se muestran celosos en cumplir la ley.


porque le hemos o do decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés'.


Luego, al cabo de catorce a os, sub nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.


Porque en Cristo Jesús nada valen ni la circuncisión ni la no circuncisión, sino la fe que actúa por medio del amor.


Todos los que quieren aparecer bien en lo humano, ésos os obligan a circuncidaros, sólo para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.


As, pues, que nadie os critique en asuntos de comida o bebida, o a propósito de una fiesta o de una luna nueva o de un sábado.


Cuidad de que no haya nadie que haga de vosotros fácil presa por medio de la filosof a y de vanos enredos según las tradiciones humanas y los elementos del mundo, y no según Cristo;


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