Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Hechos 10:4 - Biblia Castilian 2003

4 Fijó su vista en él y, atemorizado, le dijo: '¿Qué pasa, Se or?'. Le respondió: 'Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cornelio lo miró fijamente, aterrorizado. —¿Qué quieres, señor? —le preguntó al ángel. Y el ángel contestó: —¡Dios ha recibido tus oraciones y tus donativos a los pobres como una ofrenda!

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El lo miró frente a frente y se llenó de miedo. Le dijo: '¿Qué pasa, señor?' El ángel respondió: 'Tus oraciones y tus limosnas han subido hasta Dios y acaban de ser recordadas ante él.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y él, mirándolo fijamente, y aterrorizado, dijo: ¿Qué pasa, Señor? Le dijo: Tus oraciones y tus limosnas subieron por memorial delante de Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Fijó su vista en él y, atemorizado, le dijo: '¿Qué pasa, Señor?'. Le respondió: 'Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.

Gade chapit la Kopi




Hechos 10:4
24 Referans Kwoze  

Por aquel tiempo, Ezequ as enfermó de muerte. Oró a Yahveh, que le escuchó y le concedió una se al milagrosa.


escúchalo tú desde el cielo, desde el lugar de tu morada, y haz todo cuanto este extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.


que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.


que él te env e el socorro desde su santuario, que desde Sión te asista.


Av same, vayamos juntos a juicio, declara tú mismo para justificarte.


No hablé en lo escondido, ni en lugar tenebroso de la tierra. No dije a la estirpe de Jacob: 'Buscadme en el caos'. Yo soy Yahveh, que digo verdad y declaro lo que es justo.


y me dijo: 'Daniel, hombre apreciado, f jate en las palabras que voy a decirte y ponte de pie en el lugar en que estás, pues ahora he sido enviado a ti'. Mientras me dec a estas palabras, me puse de pie, temblando.


La llevará a los sacerdotes, a los hijos de Aarón, y el sacerdote tomará un pu ado lleno de flor de harina, con su aceite y con todo su incienso, y lo quemará sobre el altar como memorial. Es manjar pasado por el fuego de calmante aroma para Yahveh.


Hablaron también entre s los que temen a Yahveh y Yahveh escuchó con atención. Se escribió un memorial en su presencia en favor de los que temen a Yahveh y respetan su nombre.


Os lo aseguro: dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, se hablará también, para recuerdo suyo, de lo que ella ha hecho'.


Al o r tales palabras, ella se turbó, preguntándose qué querr a significar este saludo.


Ellas se asustaron y bajaron la vista hacia el suelo; pero ellos les dijeron: '¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?


y me dijo: 'Cornelio, ha sido escuchada tu oración, y de tus limosnas se ha hecho memoria en la presencia de Dios;


Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que ten a fe para ser curado,


Dije, pues: '¿Qué debo hacer, Se or?'. Y el Se or me dijo: 'Levántate y ve a Damasco, y all se te dirá todo lo que está determinado que debes hacer'.


Pedro, acompa ado por Juan, fijó en él la vista y le dijo: 'M ranos'.


De todo acuso recibo y estoy en la abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: calmante aroma, sacrificio aceptable que agrada a Dios.


No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios.


No os olvidéis de practicar la beneficiencia y de compartir los bienes; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.


Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado por su nombre, cuando ya antes servisteis al pueblo santo y lo segu s sirviendo ahora.


El humo del incienso, junto con las oraciones del pueblo santo, subió de la mano del ángel hasta la presencia de Dios.


Entró Yahveh, se le puso delante y lo llamó como las otras veces: '¡Samuel, Samuel!'. Y Samuel respondió: 'Habla, que tu siervo escucha'.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite