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Hebreos 6:2 - Biblia Castilian 2003

2 ense anzas sobre abluciones, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio final.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ustedes tampoco necesitan más enseñanza acerca de los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 la doctrina referente a los bautismos, la imposición de las manos, la resurrección de los muertos y el juicio definitivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de muertos, y del juicio eterno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 enseñanzas sobre abluciones, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio final.

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Hebreos 6:2
57 Referans Kwoze  

Porque Dios juzgará todas las acciones, todo lo que está oculto, sea bueno o malo.


Revivirán tus muertos, tus cadáveres se levantarán, se despertarán, exultarán los moradores del polvo; pues roc o de luces es tu roc o, y la tierra echará de su seno las sombras'.


Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: éstos, para la vida eterna, aquéllos, para el oprobio, para el horror eterno.


Id, pues, y haced disc pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp ritu Santo


Juan quer a imped rselo, diciendo: 'Soy yo quien deber a ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a m ?'.


El que crea y se bautice, se salvará; pero el que se niegue a creer, se condenará.


y al volver de la plaza no se ponen a comer sin purificarse primero; y hay otras muchas prácticas que aprendieron a guardar por tradición, como lavar los vasos, las jarras y la vajilla de metal -,


Dejáis el mandamiento de Dios, por aferraros a la tradición de los hombres'.


El fariseo se quedó extra ado cuando vio que no se hab a lavado antes de la comida.


Yo tengo un bautismo con que he de ser bautizado. ¡Y cuánta angustia siento hasta que se cumpla!


Dichoso tú entonces, pues ellos no tienen con qué recompensarte; porque as tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos'.


Juan declaró ante todos: 'Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Esp ritu Santo y fuego.


Ni yo mismo lo conoc a; pero aquel que me envió a bautizar con agua, ése fue el que me dijo: 'Aquel sobre quien veas descender el Esp ritu y permanecer sobre él, ése es el que ha de bautizar con Esp ritu Santo'.


y los que hicieron el bien saldrán para resurrección de vida; los que hicieron el mal, para resurrección de condena.


'¿Acaso puede alguien excluir del agua, de modo que no sean bautizados, a éstos, que han recibido el Esp ritu Santo como nosotros?'.


Entonces ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los enviaron.


Tras haberse bautizado ella y los de su familia, nos rogó diciendo: 'Si me habéis juzgado fiel al Se or, entrad y quedaos en mi casa'. Y tanto nos insistió que no pudimos negarnos.


En aquella hora de la noche, él los tomó consigo, les lavó las heridas y se bautizó al instante él y todos los suyos.


Incluso ciertos filósofos epicúreos y estoicos dialogaban con él. Algunos dec an: '¿Qué querrá decir este charlatán?'. Otros, en cambio: 'Parece ser predicador de divinidades extra as' - porque anunciaba a Jesús y la resurrección -.


Pedro les respondió: 'Convert os, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Esp ritu Santo;


Los que aceptaron su palabra se bautizaron. Y se les agregaron aquel d a cerca de tres mil personas.


Sabiendo Pablo que una parte era de saduceos y la otra de fariseos, exclamó en medio del sanedr n: 'Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Por la esperanza en la resurrección de los muertos estoy siendo juzgado'.


y teniendo en Dios la esperanza que ellos mismos tienen: que ha de haber resurrección de justos y pecadores.


fuera de esta sola frase que pronuncié estando de pie en medio de ellos: 'A cuenta de la resurrección de los muertos estoy siendo juzgado por vosotros hoy''.


Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.


¿Acaso tenéis por incre ble que Dios resucite a los muertos?


molestos de que ense aran a la gente y de que anunciaran en la persona de Jesús la resurrección de los muertos.


Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.


As se verá el d a en que, según mi evangelio, Dios juzgue las interioridades de los hombres por medio de Cristo Jesús.


y que todos, en la nube y en el mar, fueron bautizados en Moisés.


Pues todos nosotros, jud os y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un solo Esp ritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber un solo Esp ritu.


Todos nosotros tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo merecido de todo lo que hizo mientras vivió en el cuerpo: bueno o malo.


el cual transfigurará el cuerpo de esta humilde condición nuestra, conformándolo al cuerpo de su condición gloriosa, según la eficacia de su poder, para someter a su dominio todas las cosas.


sepultados juntamente con él en el bautismo, y por cuya acción fuisteis con él resucitados por medio de la fe en la acción de Dios que lo resucitó de entre los muertos.


que se han desviado de la verdad, llegando a afirmar que la resurrección ha tenido ya lugar, y han reducido a ruinas la fe de algunos.


Hubo mujeres que recuperaron, resucitados, a sus muertos. Otros fueron sujetos a torturas mortales, pero renunciaron a la liberación para obtener una resurrección superior.


pues todo se reduce a alimentos, bebidas y diversas abluciones, o sea, a observancias extr nsecas, vigentes hasta el tiempo de la institución correcta.


Pero el cielo y la tierra de ahora están guardados por la misma palabra, reservados para el fuego en el d a del juicio y de la destrucción de los imp os.


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