Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Hebreos 2:17 - Biblia Castilian 2003

17 De aqu que tuviera que ser asemejado en todo a sus hermanos, para llegar a ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en las relaciones con Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Por eso tuvo que hacerse semejante en todo a sus hermanos, y llegó a ser el sumo sacerdote lleno de comprensión, pero también fiel en el servicio de Dios, que les consigue el perdón.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

17 Por lo cual convenía que en todo fuera semejante a sus hermanos, para que les fuera un sumo sacerdote misericordioso y fiel, en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 De aquí que tuviera que ser asemejado en todo a sus hermanos, para llegar a ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en las relaciones con Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.

Gade chapit la Kopi




Hebreos 2:17
37 Referans Kwoze  

Los inmolaron los sacerdotes y derramaron la sangre sobre el altar, para expiar por los pecados de todo Israel, pues el rey hab a ordenado que el holocausto y el sacrificio de expiación fuera por todo Israel.


Será la justicia ce idor de su cintura y la fidelidad ce idor de sus caderas.


Una oveja del reba o por cada doscientas de los frescos pastizales de Israel será para la oblación, para el holocausto y para el sacrificio pac fico, para que sirvan de expiación por ellos - oráculo del Se or Yahveh.


Pero al pr ncipe le incumbirán los holocaustos, la oblación y la libación en las fiestas, novilunios y sábados y en todas las solemnidades de la casa de Israel. Él aportará lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblación, el holocausto y el sacrificio de comunión, para la expiación de la casa de Israel.'


El d a séptimo harás lo mismo por quien haya pecado por inadvertencia o ignorancia, y as haréis la expiación por el templo.'


Setenta semanas están decretadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la eterna justicia, para sellar la visión y al profeta, para ungir al santo de los santos.


El sacerdote pondrá el aceite que todav a le quede en la palma de la mano sobre la cabeza del que ha de purificarse y celebrará el rito de la expiación por él ante Yahveh.


As purificará el santuario de las impurezas de los israelitas y de las transgresiones de todos los pecados. Lo mismo hará con la tienda del encuentro que está entre ellos, en medio de sus impurezas.


Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y la puso con el dedo sobre los cuernos del altar todo en derredor. Hecha la expiación del altar, vertió la sangre al pie del mismo y lo consagró para poder hacer sobre él la expiación.


El sacerdote hará la expiación por toda la comunidad de los israelitas y quedarán perdonados, pues fue por inadvertencia, y han presentado como ofrenda a Yahveh, por su inadvertencia, un manjar pasado por el fuego y un sacrificio expiatorio delante de Yahveh.


Tengo, por lo tanto, de qué estar orgulloso en Cristo Jesús en lo referente al servicio de Dios.


Porque, si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, con mucha más razón, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.


y para conciliar con Dios a unos y a otros, en un solo cuerpo, por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.


Y a vosotros, que estábais antes distanciados y animados de disposiciones hostiles acausa de vuestras malas obras,


Y tenemos as un gran sacerdote al frente de la casa de Dios.


Además, tanto el que consagra como los consagrados proceden todos del mismo origen, y por esto precisamente no se avergüenza de llamarlos hermanos


Y como los hijos comparten la sangre y la carne, de igual modo él participó de ambas, para que as, por la muerte, destruyera al que ten a el dominio de la muerte, o sea, al diablo,


Y en efecto, no viene en ayuda de los ángeles, sino de la descendencia de Abrahán.


Por lo tanto, hermanos del pueblo santo que compart s una vocación celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote, objeto de nuestra profesión de fe, a Jesús,


que ha sido fiel al que lo instituyó, como a su vez lo fue Moisés en [ toda] la casa de Dios.


Moisés gozó de plena confianza en toda la casa de Dios en su calidad de mayordomo, para dar testimonio de cosas que hab an de decirse más tarde.


Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengamos firme nuestra profesión de fe.


Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante a nosotros, pero sin pecado.


Porque todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto para representar a los hombres en las relaciones con Dios en lo concerniente a ofrecer dones y sacrificios por los pecados.


proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec.


Puede sentir indulgente compasión hacia los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.


Tampoco Cristo se confirió a s mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la confirió aquel que le dijo: Tú eres Hijo m o, yo te he engendrado en este d a.


donde, como precursor y representante nuestro, entró Jesús, constituido sumo sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.


Tal es también el sumo sacerdote que nos era conveniente: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.


En efecto, la ley instituye sacerdotes a hombres frágiles, mientras que la palabra de aquel juramento, posterior a la ley, instituye sacerdote al Hijo para siempre perfecto.


El punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos.


Porque todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer dones y sacrificios y por lo mismo, también Jesús debe tener algo que ofrecer.


En cambio, Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos: por medio de una Tienda más grande y más perfecta, no de hechura humana, es decir, no de este mundo creado.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite