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Hebreos 13:4 - Biblia Castilian 2003

4 Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Que todos respeten el matrimonio y ninguno manche la unión conyugal. Dios castigará a los licenciosos y a los que cometen adulterio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho conyugal sin mancilla, porque Dios juzgará a los fornicarios y adúlteros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros.

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Hebreos 13:4
33 Referans Kwoze  

Entonces Yahveh - Dios hizo caer sobre el hombre un sopor profundo y el hombre se durmió. Le quitó una de sus costillas, y puso carne en su lugar.


Por eso, deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y vienen a ser los dos una sola carne.


Entonces el sacerdote Jilqu as, Ajicán, Acbor, Safán y Asa as fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticvá, hijo de Jarjás, encargado del vestuario. Resid a en el barrio nuevo de Jerusalén. Hablaron con ella


es un fuego que devora hasta Abadón, que podr a consumir toda mi hacienda.


Yo me acerqué a la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Yahveh me dijo: 'Ponle por nombre Maher Salal Jas Baz,


Si un hombre se acuesta con una mujer y tiene una eyaculación, ambos se ba arán y serán impuros hasta la tarde'.


No te unirás carnalmente a la mujer de tu prójimo, pues quedar as contaminado.


Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo irrefutable contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que defraudan el jornal del jornalero, avasallan a la viuda y al huérfano y oprimen al forastero mostrando as que no me temen - dice Yahveh Sebaot -.


A los de fuera los juzgará Dios. Expulsad de entre vosotros al perverso.


Huid de la fornicación. Los demás pecados que el hombre comete quedan fuera del cuerpo; pero el que comete fornicación peca contra su propio cuerpo.


¿O es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No os enga éis! Ni lujuriosos, ni idólatras, ni adúlteros, ni pervertidos, ni sodomitas,


De modo que el que se casa con su compa era hace bien; y el que no se casa, hará todav a mejor.


¿Es que no tenemos derecho a llevar con nosotros a una hermana en la fe, a una mujer, como hacen los demás apóstoles, los hermanos del Se or y Cefas?


Todos nosotros tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo merecido de todo lo que hizo mientras vivió en el cuerpo: bueno o malo.


Ahora bien, son de sobra conocidas las obras de la carne, a saber: lujuria, impureza, libertinaje,


envidias, borracheras, org as y otras cosas semejantes, acerca de las cuales os prevengo, como ya lo hice antes, que los que las practican no heredarán el reino de Dios.


Pues tened esto bien entendido: ningún lujurioso, ni impúdico, ni codicioso - lo que equivale a ser idólatra - tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.


Si un hombre fuere sorprendido yaciendo con una mujer casada, serán muertos los dos, el hombre que yac a con la mujer y la mujer. As quitarás el mal de en medio de Israel.


y que nadie, en este asunto, ofenda o enga e a su hermano. Porque el vengador de todo esto es el Se or, como ya os lo dijimos de antemano y os lo atestiguamos.


Los 'diáconos' sean fieles en su matrimonio y sepan gobernar bien a sus hijos y su propia casa.


Por consiguiente, el obispo tiene que ser irreprochable, fiel en su matrimonio, sobrio, ponderado, educado, hospitalario, capaz de ense ar;


que sepa gobernar bien su propia casa y educar a sus hijos con toda dignidad.


que proh ben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, disfruten de ellos los creyentes y conocedores de la verdad.


Por lo tanto, mi consejo es que las que son jóvenes se casen, tengan hijos, lleven su casa y no den al enemigo ningún pretexto para malas habladur as;


que el candidato sea irreprochable, fiel en el matrimonio, cuyos hijos sean creyentes y no estén acusados de mala conducta ni sean rebeldes.


de que no haya libertinos ni profanadores como Esaú, que por un solo plato de comida vendió su primogenitura.


Fuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira'.


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