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Hebreos 12:5 - Biblia Castilian 2003

5 y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo m o, no desprecies la corrección del Se or ni te desanimes porque te reprenda.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Tal vez hayan olvidado la palabra de consuelo que la sabiduría les dirige como a hijos: Hijo, no te pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os habla, diciendo: Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, Ni desmayes° cuando seas reprendido por Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni te desanimes porque te reprenda.

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Hebreos 12:5
33 Referans Kwoze  

Si un imp o dice a Dios: Me he equivocado: nunca más lo haré;


El Se or me corrige con dureza, pero no me entrega a la muerte.


Mi vida está en mi mano expuesta de continuo, mas no me olvido de tu ley.


En tus leyes me complazco: jamás me olvidaré de tu palabra.


Primero de humillarme, andaba errado, pero ahora retengo tu palabra.


Yo sé, Se or, que tu juicio es justo y que tienes razón al afligirme.


Aún estando como odre puesto al humo, no olvido tus preceptos.


Dichoso aquel, Se or, que tú corriges e instruyes con tu ley.


Hijo m o, no olvides mis ense anzas y guarda mis preceptos en tu corazón,


adquiere sabidur a, adquiere prudencia, no la olvides, ni te apartes de las palabras de mi boca.


Oigo muy bien a Efra n lamentarse: 'Me has castigado y aguanté el castigo como novillo no domesticado. Conviérteme, que quiero convertirme, pues tú eres Yahveh, mi Dios.


¿Por qué ha de quejarse un hombre mientras vive por el castigo de sus pecados?


No está aqu, sino que ha resucitado. Acordaos de cómo os anunció, cuando estaba todav a en Galilea,


Entonces ellas recordaron sus palabras.


Cuando el Se or nos castiga, nos corrige, para que no seamos condenados con el mundo.


No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.


entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.


Para corrección vuestra estáis soportando esto. Dios os trata como a hijos. ¿Y qué hijo hay a quien su padre no corrija?


Otra cosa os ruego, hermanos: que soportéis este discurso de exhortación. Después de todo, no me he extendido mucho.


Bienaventurado el que soporta la prueba; porque, una vez probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.


Yo, a los que amo, los reprendo y castigo. ¡An mate, pues, y conviértete!


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