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Hageo 2:7 - Biblia Castilian 2003

7 Pondré en movimiento a todas las naciones, vendrán los tesoros de todas las naciones y llenaré de gloria este templo - dice Yahveh Sebaot -.

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Biblia Reina Valera 1960

7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Haré temblar a todas las naciones y traerán los tesoros de todas las naciones a este templo. Llenaré este lugar de gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Sacudiré a todas las naciones, y todos sus objetos preciosos vendrán a parar aquí, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Estremeceré a todas las naciones, y vendrá el Deseado° de todas las naciones, y llenaré de gloria esta Casa, dice YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pondré en movimiento a todas las naciones, vendrán los tesoros de todas las naciones y llenaré de gloria este templo -dice Yahveh Sebaot-.

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Hageo 2:7
36 Referans Kwoze  

Por haberme obedecido tú, todas las naciones de la tierra serán bendecidas en tu descendencia'.


Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás al talón'.


No se apartará de Judá el cetro, ni de entre sus pies el bastón de mando, hasta que se le ofrezca el tributo y los pueblos le obedezcan.


Mientras sal an los sacerdotes del lugar santo, la nube llenó el templo de Yahveh,


de manera que los sacerdotes no pudieron quedarse all para su ministerio a causa de la nube, pues la gloria de Yahveh hab a llenado el templo de Yahveh.


de manera que los sacerdotes no pudieron quedarse all para su ministerio a causa de la nube, pues la gloria de Yahveh hab a llenado el templo de Dios.


Del director; con liras de Susa. De Asaf. Salmo.


Prestaré mi atención a lo que Dios promete: ciertamente el Se or promete paz para su pueblo y sus amigos, que ya no tornarán al desvar o.


Entrarán en las cavernas de las rocas y en los antros de la tierra ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Echa una ojeada en torno y mira: todos se reúnen, vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, tus hijas son llevadas en brazos.


Todas las ovejas de Quedar se reunirán junto a ti, los carneros de Nebayot te servirán de sacrificio, subirán para mi complacencia sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.


En su mano derecha está el oráculo: '¡A Jerusalén!', para abrir la boca para la matanza, lanzar el grito de guerra, poner arietes contra las puertas, levantar un terraplén y construir un baluarte.


Hice que todas las naciones temblaran ante el estrépito de su ca da, cuando lo hice bajar al seol con los que bajan a la fosa; y en el pa s del abismo se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y lo mejor del L bano, todos los bien regados por las aguas.


en mi celo, en mi ardiente cólera declaro: ciertamente, en aquel d a habrá un gran terremoto en la tierra de Israel.


Después me llevó por la puerta del norte, frente al templo. Miré y vi que la gloria de Yahveh llenaba el templo de Yahveh, y ca rostro en tierra.


Subid al monte, traed madera, reconstruid el templo. Yo lo aceptaré y mostraré en él mi gloria, dice Yahveh.


He aqu que yo env o a mi mensajero, para que prepare el camino delante de m. Muy pronto vendrá a su templo el Se or a quien buscáis, el Ángel de la alianza que deseáis. Mirad que ya llega - dice Yahveh Sebaot -.


Todos los d as estaba ense ando en el templo. Los pont fices, los escribas y los principales del pueblo intentaban acabar con él;


Movido, pues, por el Esp ritu, fue al templo. Al entrar los padres con el ni o Jesús para cumplir la disposición de la ley con respecto a él,


Y resultó que a los tres d as lo encontraron en el templo, sentado ante los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.


Uno de aquellos d as, mientras él estaba ense ando al pueblo en el templo y anunciando el evangelio, se presentaron los pont fices y los escribas, junto con los ancianos,


Y todo el pueblo madrugaba para acudir a él y escucharlo en el templo.


Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Y la Escritura, previendo que Dios justificar a a los gentiles por fe, anunció de antemano a Abrahán: En ti serán bendecidos todos los linajes de la tierra.


porque en éste reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente.


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