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Habacuc 3:6 - Biblia Castilian 2003

6 Cuando se levanta la tierra se estremece; cuando mira se sobresaltan las naciones, se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, sus caminos de siempre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Cuando él se detiene, la tierra se estremece. Cuando mira, las naciones tiemblan. Él derrumba las montañas perpetuas y arrasa las antiguas colinas. ¡Él es el Eterno!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Se detiene, y la tierra se estremece, mira, y se sobresaltan las naciones; las montañas eternas se desploman, las colinas antiguas se derriten ¡Yavé sale como en tiempos pasados!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Se detiene y mide la tierra, Lanza una mirada, Y hace estremecer a las naciones. Las montañas antiguas se desmoronan, Se hunden los montes de antaño, Pero sus sendas son sendas eternas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Cuando se levanta la tierra se estremece; cuando mira se sobresaltan las naciones, se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, sus caminos de siempre.

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Habacuc 3:6
35 Referans Kwoze  

bendiciones de espigas y de flores, bendiciones de monta as antiguas, anhelo de collados eternos: caigan sobre la cabeza de José, sobre la frente del escogido entre sus hermanos.


o son como paja que lleva el viento como tamo que arrastra el torbellino?


Él arranca las monta as, sin que adviertan quién las derriba en su cólera.


Mas la gracia del Se or dura por siempre para los que le temen; su providencia llega a los hijos de los hijos,


el que mira a la tierra y la estremece, el que toca a los montes y echan humo.


Que se tornen igual que paja ante el viento, acosados del ángel de Yahveh;


Monta a de Dios, monta a de Basán, monta a de altos picos, monta a de Basán,


Antes de que nacieran las monta as y la tierra y el orbe se formaran, de una a otra eternidad eres tú Dios.


como cera se derriten las monta as, delante del Se or, a la vista del due o de la tierra.


Lo supieron los pueblos y temblaron, dolor como de parto a los que habitan Filistea,


los jefes de Edom se estremecieron, de los jefes de Moab se apoderó el espanto; todas las gentes de Canaán se desmoronan.


Tú lo harás entrar y tú lo plantarás en el monte de tu herencia, lugar del que hiciste tu morada, ¡oh Yahveh!, santuario que tus manos prepararon, ¡oh Adonay!


Todo el monte Sina humeaba, porque hab a descendido sobre él Yahveh en forma de fuego, y el humo sub a como la humareda de un horno. Toda la monta a retemblaba.


Si el buey acornea a un ni o o a una ni a, se le aplicará esta misma ley.


Alzad los ojos al cielo y mirad abajo a la tierra: que el cielo como humo se disipa, la tierra como vestido se desgasta, sus habitantes como moscas perecen; pero mi salvación estará por siempre y mi justicia no declinará.


Pues como a un vestido se los comerá la polilla, y como a la lana se los comerá la ti a; pero mi justicia por siempre estará, y mi salvación por los siglos de los siglos.


¡Alza tu mano contra tus adversarios y todos tus enemigos sean exterminados!


Tiemblan los montes ante Él, He se estremecen las colinas. Ante Él trepida la tierra, el orbe y cuantos lo habitan.


¿No eres tú desde siempre, Yahveh, mi Dios, mi Santo, tú que no puedes morir? Para juzgar, ¡oh Yahveh!, lo designaste, para castigar, ¡oh Roca!, lo pusiste.


tiemblan los montes al verte, pasa una tromba de agua alza su voz el abismo, el sol levanta sus manos a lo alto


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.


y su misericordia se extiende de generación en generación para aquellos que le temen.


Él hizo provenir de uno a todo el linaje humano para que poblara toda la faz de la tierra; él fijó los tiempos determinados y los l mites habitables,


Cuando el Alt simo entregaba a cada nación su heredad, cuando diseminaba a los hijos de Adán, fijó los confines de los pueblos según el número de los hijos de Dios,


con las primicias de los montes antiguos, lo mejor de los collados eternos


Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre.


Josué se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios en una sola campa a, porque Yahveh, Dios de Israel, combat a en favor de Israel.


Derritiéronse los montes delante de Yahveh, delante de Yahveh, Dios de Israel.


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